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El violinista húngaro Géza Hosszu- Legocky acompañará a la Orquesta de Córdoba en el quinto concierto de su temporada de abono, esta noche y mañana a las 20:30 en el Gran Teatro. Hosszu- Legocky, tuvo como maestros a Marina Sorokowa, Dora Schwarzberg, Ruggiero Ricci, Ivry Gitlis, Ida Haendel y Tibor Varga, obtuvo en 2005 una doble nominación a los Grammy Awards en la categoría de Mejor Álbum de Música Clásica y Mejor Grabación de Música de Cámara por su interpretación de la Sonata para violín de Schumann, junto a otras obras de cámara interpretadas por estrellas como Martha Argerich, Maxim Vengerov, Lilya Zilberstein y Gabriela Montero. Ha sido solista invitado a actuar con grandes orquestas de todo el mundo y participa regularmente en los festivales de música más destacados.
La Orquesta de Córdoba, que será dirigida por su titular, Manuel Hernández Silva, interpretará en la primera parte del programa Variaciones y fuga sobre un tema de Mozart, op. 132, de Max Reger, un compositor alemán condenado a permanecer en un segundo plano debido a la influencia de otros germanos.
Aunque fue "un formidable músico y autor de un vasto catálogo de obras", Reger vivió la incomprensión de sus contemporáneos, que pensaban que su estilo "representaba el pasado", como afirma el musicólogo Juan Miguel Moreno calderón en las notas al concierto.
Variaciones y fuga sobre un tema de Mozart, op. 132, datada en 1914 (dos antes de la muerte del compositor), es una de las obras más importantes de Reger. Según Moreno Calderón, "para entonces, su maestría en la técnica de composición de la variación es total". El autor, que también realizó variaciones de obras de otros compositores como Bach, Telemann y Beethoven, utiliza una plantilla orquestal que incluye tres flautas y el resto de la madera, cuatro trompas, dos trompetas, timbales, arpa y cuerda, aclara el musicólogo.
La segunda parte del concierto comienza, con Hosszu-Legocky como solista, con la obra Conciertopara violín y orquesta nº 1, en Sol menor, op. 26, de Max Bruch, un hiperromántico que también fue considerado un retrógrado en su época. Nacido en Colonia y formado con Ferdinand Hiller y Carl Reinecke, Bruch desarrolló la mayor parte de su carrera en Alemania, donde alternó las tareas de compositor con la interpretación y la docencia. Su principal contribución a la historia de la música es este concierto para violín en sol menor que escribió en 1866, además de sus sugestivas piezas orquestales Fantasía escocesa op. 46, para violín y orquesta, y Kol Nidrei, para violonchelo y orquesta.
Para finalizar, la Orquesta interpretará la Sinfonía nº 36 Linz, en Do mayor, KV 425, de Mozart, una pieza escrita en sólo tres días para cuerdas, oboes, trompas, fagotes, trompetas y timbales.
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