Micó cree que los poemas de Góngora son "un desafío a la inteligencia"

El catedrático reúne en un volúmen publicado por Acantilado algunos de los estudios que le ha dedicado al poeta cordobés

Alfredo Valenzuela (Efe) Sevilla

02 de noviembre 2015 - 05:00

José María Micó considera a Góngora una de las cimas de la creación literaria en cualquier lengua, acaba de reunir algunos de sus estudios sobre el poeta cordobés en Para entender a Góngora (Acantilado) y cree que "cada uno de sus textos es un desafío a la inteligencia, la propia y la ajena".

Micó explicó que "Góngora, más que renovar, que es palabra insatisfactoria, transformó la lengua poética de su tiempo, la abrió a sentidos insospechados, la retorció para presentarla en construcciones sintácticas desafiantes y le incorporó la cultura poética latina e italiana sin perder el acervo popular" y que "todo eso se concretó en obras maestras que aúnan inteligencia, sensibilidad y musicalidad".

Poeta, traductor y catedrático de la Pompeu Fabra, Micó aseguró que "para entender a Góngora es imprescindible proveerse de grandes dosis de atención; hay en su poesía una parte sensorial y musical que nos capta de inmediato, pero también advertimos que hay una compleja trama de sentidos que requieren afición, paciencia y frecuentación; como todos los grandes poetas, Góngora no necesita lectores, sino relectores".

El autor cordobés "dio muestras de su ingenio desde su más temprana edad: a los 18 años ya había contribuido a renovar -esta vez sí podemos decirlo así- el género del romancero y a parodiar las convenciones del petrarquismo". "En sus últimos años, los que le permitió la enfermedad, escribió algunos de los mejores sonetos metafísicos de su tiempo, y entre una cosa y otra ya sabemos lo que hay, el Polifemo, las Soledades, la Tisbe o el Panegírico.

Sobre Góngora, el hombre, señaló que "debió de ser, como todos nosotros, un hombre lleno de contrastes y contradicciones, pero los documentos y los poemas nos dan la imagen de un tipo frecuentemente bienhumorado, y sus rifirrafes con otros escritores, aunque reflejen una rivalidad real, participan de las convenciones del combate literario".

Micó no cree que los tiempos de Góngora fuesen mejores que los actuales para la lírica: "Salvo la aplicación cortesana o la dimensión épica de algunas obras, la lírica era entonces tan vocacional, y minoritaria, como lo es ahora". Sobre este asunto, concluyó: "Hay algo en lo que sí creo que aquellos fueron mejores tiempos: la poesía, es decir, la literatura en verso, había sido la forma universal de la expresión literaria, y tenía, por tanto, menos limitaciones temáticas, genéricas y formales que las de ahora".

Del peso de su obra en la poesía posterior apuntó que "influyó de inmediato en las generaciones siguientes a la suya, y la poesía española del siglo XVII y parte del XVIII, tanto en España como en América evoluciona a partir del ejemplo culto del Polifemo y las Soledades".

"Góngora volvió a ser determinante en el siglo XX, gracias a la lectura que hicieron de él algunos excelentes discípulos como Rubén Darío y casi todos los poetas del 27", añadió Micó.

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