Marjane Satrapi aborda las ilusiones de vivir en 'Pollo con ciruelas'

Norma Editorial edita por vez primera en español esta obra de la autora de 'Persépolis'

Efe

23 de enero 2012 - 05:00

Después de sorprender a los amantes del cómic con su joya literaria, Persépolis, la iraní Marjane Satrapi regresa con Pollo con ciruelas, una novela gráfica en blanco y negro sobre un hombre que ha perdido las ganas de vivir, ganadora en 2005 del premio a Mejor Obra en el Festival de Angulema (Francia). La novela gráfica ya salió a la venta en 2004, aunque ahora, tras el éxito de Persépolis, es reeditada en español por Norma Editorial. Una historia que también ha sido llevada a la gran pantalla de la mano de Marjane Strapi y Vincent Paronnaud, en un filme con personajes en carne y hueso que fue presentado en el Festival de Cine de Venecia en 2011.

Al igual que ya hiciera en Persépolis, la desgarradora historia de una niña inmersa en plena revolución islamista, Satrapi utiliza sus recuerdos familiares y se traslada a Irán para contar ahora una fábula sobre un amor imposible. "Tengo una familia enorme y cuando era niña pasé mucho tiempo con los mayores. Me encantaba que me contaran historias, y normalmente escribes sobre cosas que te interesan", explicaba Satrapi en Venecia en una entrevista con un reducido grupo de medios de comunicación. Unas historias familiares "bastante extremas", como reconoce una divertida Satrapi que se pregunta: "¿Por qué mirar a Marte cuando tengo todas estas historias en mi familia? Son mi fuente de inspiración".

Pollo con ciruelas se sitúa en el Teherán de 1958 y presenta a Nasser Ali Khan, un músico virtuoso del tar (laúd iraní) y padre de familia que, después de que su mujer le rompiera el instrumento en una riña conyugal, se esfuerza sin éxito por encontrar otro igual.

A lo largo de las distintas páginas, el lector descubre por qué este instrumento de cuatro cuerdas se ha convertido en algo tan importante para él y la razón que le empujará a dejarse morir si no encuentra otro que le llene de igual manera. Aunque Pollo con ciruelas presume de tener cierta carga política, las relaciones personales y los conflictos internos cobran un mayor protagonismo e invitan al lector a reflexionar sobre lo que ocurre cuando el ser humano se condena a vivir en el pasado y no sigue adelante.

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