Cultura

Escándalo en Palencia al negarse Padilla a torear al cuarto toro

  • El torero jerezano escuchó tres avisos en su segundo y fue escoltado por la policía a su salida de la plaza

La Feria de San Antolín en Palencia no comenzó con buen pie. Pese a que Carlos Doyague y Pedro Gutiérrez El Capea cortaron una oreja, entre tanto el jerezano Juan José Padilla se convirtió en protagonista del festejo al negarse a torear de muleta al cuarto ejemplar de Laurentino Carrascosa, un toro manso que provocó muchos problemas en el tercio de varas, con coces y violentas huidas.

A ese ejemplar lo había recibido Padilla con dos largas cambiadas, pero tras un caótico tercio de varas, decidió no banderillearlo, protestando acaloradamente los tendidos. A partir de ese momento, el jerezano decidió no muletear al toro, apoyándose en la barrera y dejando que transcurriesen los minutos. Tras escuchar el segundo aviso, decidió estoquearlo, pinchando en primer intento y dejando una estocada después. Sin embargo, el tiempo jugó en su contra y el presidente mandó el tercer aviso instantes antes de que el toro cayese.

Al primero, un toro de San Miguel, Padilla dejó que lo pegasen mucho en el caballo, acusándolo después el toro, que se paró y no dio opciones de lucimiento.

El Capea puso ganas y dejó algunos momentos de interés toreando sobre la mano diestra al segundo. Sin embargo, no terminó de cogerle el aire por el pitón izquierdo, donde la faena decayó, al no haber continuidad en toro ni en torero, por lo que el torero salmantino optó por pegarse un arrimón.

Al quinto lo recibió con una larga de rodillas, antes de que el de Carrascosa se viene abajo muy pronto. El torero charro puso ganas y lo intentó, teniendo que recurrir de nuevo al toreo de cercanías con un ejemplar que no pasaba y con el que hubo que hacer todo. El manejo de la espada le valió para pasear el primer trofeo del abono.

Otro trifeo paseó el local Carlos Doyague del que cerró plaza, el toro de más clase de la corrida, con el que se gustó en el toreo a la verónica y después dejó series de mucho temple y buen aire con la muleta, especialmente por el pitón izquierdo, donde dejó los mejores momentos de la accidentada corrida. Antes, se había gustado lanceando de capa y dejó crudo al tercero en el caballo. Sin embargo, el toro, inválido, se paró enseguida y no hubo ocasión para que la faena rompiese.

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