Dan Brown retrata el infierno de la superpoblación en su nueva novela

El escritor estadounidense presenta la edición en castellano de 'Inferno', que sale con una tirada de un millón de ejemplares y que está inspirada en 'La Divina Comedia' de Dante

Dan Brown ayer, en la presentación de 'Inferno' en la Biblioteca Nacional.
Carmen Sigüenza (Efe) Madrid

31 de mayo 2013 - 05:00

Como si de una estrella de cine o de rock se tratara. Así llegó a Madrid Dan Brown para presentar su esperada novela Inferno, su cuarta y última ficción llamada al éxito, protagonizada por el profesor Robert Langdon e inspirada en La Divina Comedia, de Dante, en la que se centra en la superpoblación.

Un infierno que para conocerlo no hace falta tener que descender hasta el noveno círculo, donde están las peores fieras, como propone Dante, porque para Dan Brown tanto "el infierno como el paraíso existen y están en la tierra".

Y es que este escritor, un fenómeno editorial y uno de los que más éxitos tiene en todo el mundo -de El Código Da Vinci vendió más de 80 millones de libros y fue traducido a 54 lenguas-, se ha vuelto más complejo y comprometido en Inferno, como demostró ayer durante la presentación del libro, publicado por Planeta, en la Biblioteca Nacional.

Una rueda de prensa a la que acudieron una multitud de periodistas de todo el mundo, sobre todo españoles y latinoamericanos, ya que era la presentación del libro en español, que sale con una tirada de un millón de ejemplares.

Para el escritor estadounidense, el más grave problema con el que se tiene que enfrentar el mundo es la superpoblación, un tema protagonista de su nueva novela que el autor asemeja al infierno de Dante. "En los últimos 85 años, la población se ha triplicado. Cada día nacen 200.000 personas, y todos los problemas, como las guerras, el tema del agua o la enfermedades, nacen de este problema", advirtió.

"Yo no tengo la solución; si fuera así, no escribiría novelas. Pero esta guerra requiere una respuesta contundente", subrayó Brown, hijo de un matemático y una madre organista, nacido en New Hampshire (EE.UU.) en 1964.

Un familia no muy católica y sí muy científica. "Crecí entre la ciencia y la religión, entre Adán y Eva y la teoría de la evolución humana. Les preguntaba a mis padres, y ellos me decían que los niños buenos no hacen este tipo de preguntas, pero yo siempre pregunto. Mi religión es un trabajo sin acabar", sentenció el autor de Ángeles y demonios o La conspiración. "Y en el futuro las cuestiones éticas serán elementos muy importantes", subrayó.

Dan Brown no es un escritor muy querido por la jerarquía de la Iglesia católica, que siempre manifiesta su malestar por sus obras, por los temas que toca, sobre todo desde El Código Da Vinci, y en este caso parece que puede pasar lo mismo con el tema de la superpoblación.

En este sentido, el escritor señaló que no cree que con el nuevo Papa Francisco se produzcan "cambios drásticos". "El Vaticano cambia muy, muy despacio, sus movimientos son geológicos. No conozco al nuevo Papa Francisco. Parece un hombre muy devoto, de ideas nobles. Ya veremos lo que ocurre", señaló.

El autor habló de ese Jesucristo humanizado del que escribió en su Código da Vinci y por el que fue duramente criticado por la jerarquía vaticana, y dijo sentirse sorprendido, todavía hoy, por esa controversia. "Ello no cambia en absoluto la belleza de su mensaje, la necesidad de seguir sus preceptos", argumentó.

En Inferno, Brown vuelve al tema histórico plagado de intrigas, arte, belleza, símbolos y códigos secretos por descifrar, de la mano del catedrático de Simbología de la Universidad de Harvard Robert Langdon, alguien al que le gustaría parecerse, según reconoció el autor.

El escritor también habló del secretismo que rodea todas sus investigaciones. "Desde mi éxito con El Código Da Vinci se me han abierto muchas puertas entre investigadores y especialistas, pero tengo que disimular cuando pregunto para no dar mucha información y para que no sepan de qué voy a escribir. Lo más importante es despistar a la gente", subrayó Brown, que dijo que no tiene temor a los historiadores porque él va por otro lado, uno más provocador.

"Lo verdaderamente importante es hacer algo sincero y que venga del corazón", precisó el autor, quien también tuvo palabras para los críticos. Algunas críticas en Estados Unidos han sido demoledoras, mientras que otros han dicho que Inferno es la mejor obra del autor. "No necesito gustar a todo el mundo", reconoció este autor de superventas.

Y esta faceta como autor de bestsellers también ha sido defendida por Brown con un argumento bastante justo: "El mundo editorial es muy importante y lo que más se necesita es que haya autores de éxito como yo, porque eso les permite publicar a otros escritores importantes que no tendrían voz de otra manera".

Preguntado durante casi una hora por una gran diversidad de asuntos, Dan Brown habló de su amor por los símbolos y los códigos secretos, una pasión que le nace desde niño, según relató, cuando sus padres le ponían papelitos con muchos códigos secretos que tenía que descifrar para conseguir un premio.

Y también se refirió a sus manías a la hora de escribir y confirmó la leyenda de que se cuelga boca abajo para que le baje la sangre a la cabeza antes de escribir, y hace ejercicio y flexiones antes de ponerse ante la página en blanco.

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