"Creo en la variedad basada en la unidad"

Juan Manuel Cañizares, una de las grandes figuras de la guitarra flamenca actual, es uno de los protagonistas de la jornada de hoy en el congreso, en la que ofrecerá la ponencia Visión flamenca en la transcripción de la música española para guitarra (sala Orive, 11:30).

-Lleva desde el primer día en el congreso. ¿Cómo lo está viendo?

-Creo que puede aportar cosas positivas, desde una plataforma oficial. Esa plataforma y el hecho de que sea el primer congreso de guitarra que se organiza le dan más fuerza. Puede crear iniciativas y controversias, pero éstas son buenas porque indican que la materia, en este caso la guitarra flamenca, está viva. Puede da lugar a que se hable más de ella y a que algún día puedan surgir más circuitos y festivales de guitarra flamenca. Con la clásica ya ocurre en todo el mundo, y eso es un reflejo de que ese ámbito ha estado bien organizado y se han hecho las cosas bien. Este congreso puede ser además una palanca para futuros congresos.

-¿En qué momento se encuentra la guitarra flamenca?

-En un buen momento. Hay gente joven con muchas ganas y gente no tan joven haciendo también cosas creativas. Hay diferentes estilos y formas de ver la guitarra flamenca y eso siempre es positivo; es como un abanico que se abre y muestra diferentes mundos, y todos son válidos siempre y cuando haya una perspectiva de unidad. Yo creo mucho en la variedad basada en la unidad; en el conocimiento de la tradición y, a partir de ahí, seguir creando y evolucionando.

-¿Y desde el punto de vista de su relación con otras tradiciones musicales?

-Falla decía que la influencia del toque jondo y el cante en Glinka, que vivió en España, ayudó a formar y desarrollar una parte de la música rusa. También influyó en Debussy. Que el cante y el toque jondos puedan crear estos efectos a nivel internacional a mí me parece que es para tenerlo muy en cuenta. Es muy positivo.

-¿En qué momento se encuentra el flamenco en su momento de expansión internacional?

-Es un proceso que superó hace muchísimo tiempo, lo que pasa es que quizá aquí no se conoce de tan primera mano. Yo, que llevo viajando muchos años, me doy cuenta de que la guitarra flamenca está reconocida en todo el mundo. No hay un país que yo recuerde en que no se conozca. Cuando era joven e iba con Paco de Lucía ya encontraba afición en Estados Unidos, Europa, China, Japón... Pero esto siempre ha sido por los artistas que se han ido, por los que han hecho camino fuera.

-¿Cómo ha planteado su intervención en el congreso?

-Hablaré de lo que yo hago en este momento, de las transcripciones, y me voy a centrar mucho en Falla por su gran relación con el flamenco. No será una clase magistral sobre música pero sí hablaré de los problemas y vicisitudes que me encuentro y cómo desarrollo la transcripción, haciéndolo lo más accesible posible para el público que asista.

-¿Cómo ha sido su relación con la música de Scarlatti, a quien dedica su último disco?

-Muy buena. Fue un gran músico y Falla lo admiraba mucho. En esa época, en torno a 1700, hay un compositor, Antonio de Santa Cruz, que tiene unas jácaras que parecen seguiriyas. Cuando las escuché, pensé: "Venimos de aquí".

-¿Cuáles son sus proyectos próximos?

-Estoy dándole muchas vueltas a un nuevo disco flamenco, investigando algo que sea diferente en mi forma de entender la música, una evolución de mí mismo, y eso requiere tiempo. Estoy en una época de cambio. Y por supuesto sigo aprendiendo de las transcripciones, y ahora estoy con las danzas de Turina.

-Qué amplia y compleja la historia del flamenco... El otro día Manolo Sanlúcar se remitía a Tartessos...

-Sí, y sobre todo porque faltan documentos sonoros de esas épocas. Es complicado, hay muchas teorías y algunas habrá que comprobar si se corresponden con la realidad... Pero todo lo que sea investigar, mover, remover y provocar controversias es bueno para que aflore la verdad o parte de verdad que puede haber en cada teoría.

-¿En qué momento se encuentra la enseñanza de la guitarra flamenca?

-Creo que en un buen momento, aunque siempre hay cosas que mejorar porque la guitarra flamenca no se puede enseñar de la misma manera que un instrumento de corte clásico, un contrabajo o un violín. En el flamenco no tenemos estructuras ya definidas; un cantaor me dice que va a cantar por soleá y ese "por soleá" ya me indica un camino, pero no hay una canción por soleá ni un tema por soleá. Ese "por soleá" es una forma de cantar dentro de ese ritmo. El flamenco tiene la particularidad de que se va componiendo al mismo tiempo que se interpreta; es como un diálogo, como tú y yo aquí hablando: tú tienes un leitmotiv para preguntar y yo a lo mejor salgo por donde menos te esperas, pero estamos dialogando, podemos entendernos. Como guitarrista tienes que saber muy bien tu oficio para apoyar al cantaor en las cadencias que va realizando. En este aspecto creo que la mejor escuela es la práctica en las peñas y en los tablaos. Yo recuerdo cuando era joven y en una noche acompaña a seis o siete cantaores. Y eso es algo que te da una gran base.