Fosforito afirma que "todo" en Paco de Lucía "era música"

El cantaor recuerda la intensa relación que tuvo con el guitarrista entre los años 1965 y 1972 El algecireño, a pesar de su juventud, "era otra cosa, aportaba algo personal".

Alfredo Asensi / Córdoba

15 de noviembre 2014 - 08:53

"Todo en él era música; era la música misma". Fosforito recordó sus años de viajes y actuaciones con Paco de Lucía en la tercera jornada del Congreso de Guitarra Flamenca de Córdoba, en la que el algecireño es uno de los ejes argumentales. El periodo 1965-1972 es el de proximidad absoluta entre el pontanés, "que ya era una referencia del cante", destacó Faustino Núñez, y el algecireño, 15 años menor. Cuando Fosforito lo escuchó, le dijo: "Paco, vente conmigo". Y ahí empezó todo, hasta que la enorme proyección del guitarrista le llevó a acometer otros proyectos.

A pesar de su juventud, evocó Fosforito, "aquel Paco ya tenía un sonido muy personal" y "era un caudaloso manantial de formas nuevas". Destacaba por su "brillantez técnica" y por su "afán de que la gente lo escuchara", hasta el punto de que en los festivales buscaba espacios en los márgenes de la programación para exponer improvisadamente ante el público su toque. Años de "satisfacciones e intimidades, de afecto y glorias compartidas...". El de Algeciras era "entrañable, noble, puro, amigo de sus amigos, con su mirada limpia de niño grandullón, y su sonrisa era un abrazo". También era "irónico" con los amigos más cercanos y aficionado a "gastar bromas que rozaban la gamberrada". Pero "cuando pisaba el sagrado escenario se producía el milagro de la metamorfosis: en el escenario era un dios, sabía el milagro de su música". A partir de 1962, precisó el cantaor, "empezó a elevarse". La relación de "amistad" y de "afecto en la distancia" entre los dos se mantuvo siempre.

Paco de Lucía "dejó un enorme legado musical", conquistó las más altas cimas de su arte pero "nunca olvidó su origen, siempre tuvo presente su ser andaluz". A pesar de ello, hay quien insiste en reparar en su falta de formación musical. Y Fosforito se pregunta: "¿Alguien está capacitado para suspenderlo en armonía, en técnica, en ejecución, en creatividad?".

Fosforito conoció al guitarrista, "cuando todavía tocaba con yema", a través de su hermano Ramón de Algeciras, que formó parte de la compañía de Juanito Valderrama: "Me sorprendió porque era otra cosa, aportaba algo personal, distinto, un sonido diferente, más dulce". Paco era, por otra parte, "un cantaor frustrado que cantaba muy bien en la intimidad". Su primera actuación conjunta fue en Salamanca. En el Paco de los primeros años "estaba todo", afirmó Fosforito: esa inquietud permanente, esa ambición y esa condición de "manantial" que se expandiría en las décadas siguientes. Podía pasarse una noche sin dormir trabajando formas y luego en el escenario vulnerar lo ensayado para lanzarse a la improvisación.

También reflexionó Fosforito sobre el flamenco actual, en el que, en el ámbito del cante, "no hay figuras" como en los 70 o los 80, "salvo alguna excepción". "Muchas se han quedado en el camino". Por otra parte, se hace un flamenco "más fiestero, más de cara al extranjero: se cantan más bulerías y tangos".

Faustino Núñez subrayó que Fosforito es un cantaor "generoso como pocos a la hora de entregar su arte para el disfrute de la afición" y de defender el flamenco "y ponerlo en el lugar que merece".

La metodología de aprendizaje de la guitarra flamenca, por otra parte, centró gran parte de la jornada. Un abordaje teórico y práctico que llevaron a cabo profesores, artistas e investigadores con el telón de fondo de la problemática intrínseca que subyace en la enseñanza de las técnicas de una música que tradicionalmente ha pasado de generación a generación a través de la transmisión oral.

El profesor Óscar Herrero, uno de los pioneros en este campo y premio a la Didáctica del Flamenco en el Festival de las Minas de La Unión, aseguró que muchos guitarristas "abandonan el estudio de la guitarra flamenca". Una muestra, en su opinión, de "la necesidad que tiene el flamenco de una metodología de aprendizaje" que discurra en paralelo a la enseñanza tradicional.

El papel de la guitarra de acompañamiento también fue objeto de debate en una mesa redonda moderada por Luis Moreno, que contó con la participación de los profesores Carlos David Álvarez Fernández, Manolo Franco, Salvador Gutiérrez y David Pino. Entre los diferentes asuntos tratados, los profesionales destacaron la importancia de formarse en el acompañamiento al cante y al baile, dos mundos que difieren en gran medida de la guitarra de concierto y que actualmente no se contemplan en el Grado de Guitarra Flamenca de los conservatorios.

Finalmente, José María Velázquez-Gaztelu, que apoyó su disertación con algunos fragmentos recogidos de sus documentales, resaltó "la riqueza y los distintos aires que atesora la guitarra flamenca".

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