Cultura

Bienal de Fotografía: Imágenes para la conciencia

Foto: José Martínez

Foto: José Martínez

Agitar y conmover la conciencia del espectador es el objetivo de la XV Bienal de Fotografía de Córdoba, que arrancó ayer y que presenta una programación de 14 exposiciones, seis en la sección oficial y ocho en la paralela, junto a una relación de actividades complementarias. Imágenes en conflicto es el título de esta entrega, que aspira, según el comisario del apartado oficial, Óscar Fernández, a proporcionar herramientas al público para que entienda "el tiempo que vivimos", que es "de guerra permanente". La bienal se conjuga en el nudo de tres conflictos: el de lo representado, el del fotógrafo y el del que contempla la imagen expuesta.

Una edición que, subrayó la alcaldesa, Isabel Ambrosio, en el acto inaugural, "hace regresar a Córdoba a Robert Capa, autor de la que probablemente sea una de las fotos más icónicas de la Guerra Civil española, captada en tierras cordobesas. De su talento y el de sus colegas también vuelve La maleta mexicana donde se guardaron los negativos de buena parte de la memoria de nuestro enfrentamiento más desgarrador". Es la muestra instalada en la sala Vimcorsa, que trata de aproximar al público a algunas de las grandes historias de Capa, Taro y Chim, tal como las interpretaron a través de sus particulares ópticas. Estas imágenes se exhiben junto a las revistas de la época en que fueron publicadas y con las propias hojas de contacto de los fotógrafos.

Se muestran aquí, indicó la comisaria de la exposición, Cynthia Young, del International Center of Photography (ICP), "las composiciones complicadas" de Chim, "sus documentos de la vida diaria de la guerra", las imágenes "estéticas" de Taro, marcadas por su "fuerza" y "valentía", y "la visión emocional" de Capa, "física y llena de acción".

En diciembre de 2007, tres cajas llenas de rollos de película, que contenían 4.500 negativos en 35 mm. de la Guerra Civil de Capa, Taro y Chim (David Seymour), y que se consideraban desaparecidos desde 1939, llegaron al ICP. La obra de estos tres fotógrafos, que vivían en París y trabajaron en España, tuvo repercusión internacional y sentó las bases de la fotografía de guerra moderna. Ellos realizaron la cobertura más innovadora y apasionada de la Guerra Civil.

"En un comienzo de siglo en el que, de nuevo, los conflictos locales y globales siguen desgarrando el planeta -indicó Ambrosio-, el tema elegido para esta bienal podría servir como homenaje y muestra de agradecimiento a quienes no han dudado en arriesgar, e incluso perder sus vidas (ahí está el caso de José Couso) para hacernos llegar las imágenes que nos permitan saber lo que está pasando en esos lugares". La alcaldesa recordó que "solo en la guerra de Iraq murieron 23 fotógrafos y camarógrafos, y es que arriesgar la propia vida para contarnos lo que está pasando está en el ADN de aquellos que se dedican a esta profesión y que luchan por que la primera gran víctima de la guerra no sea la verdad, tal y como dijo hace justamente 100 años el senador estadounidense Hiram Johnson".

El Centro de Arte Contemporáneo Rafael Botí abre sus puertas a Susan Meiselas con Nicaragua. Considerado por algunos expertos el trabajo más emblemático de la estadounidense, estas sorprendentes fotografías a color, que narran el derrocamiento del régimen de Somoza y la subsiguiente victoria sandinista, fueron ampliamente difundidas en la prensa internacional y publicadas en el libro de 1981 Nicaragua. Este trabajo de Meiselas en el país centroamericano sigue siendo un modelo de cobertura documental comprometida y subjetiva, así como un hito en la fotografía de guerra por su uso pionero y controvertido del color. También fue su primera experiencia como fotoperiodista, por lo que se vio obligada a lidiar con la ambigua fortuna de ver su trabajo ampliamente distribuido pero totalmente fuera de su control. Esta experiencia la condujo a una investigación, en la que aún persiste, acerca de los significados creados y revelados por la circulación de imágenes en los medios de comunicación. De esta exploración primera surgieron instalaciones como Mediations (1982-83) y la película Voyages (1985).

En la Casa Góngora puede verse Imágenes del mundo y epitafios de guerra en la colección Michael Zapke, producción propia de la Bienal de Fotografía con la colaboración del Goethe Institut. Está planteada como un dispositivo de aproximación crítica a la fotografía de guerra. Para este propósito pedagógico, plantea tres niveles de contenido. Por una parte, se muestra una selección de cámaras fotográficas procedentes de la colección de Zapke. A través de ellas se puede explorar la influencia determinante de la tecnología en el devenir del discurso fotográfico, y viceversa. En paralelo, ofrece una serie de documentos y publicaciones de época donde se desgranan, de un modo transversal, algunas claves del desarrollo de la fotografía publicada de guerra. Aparecen representados aquí desde los primeros trabajos de campo de Roger Fenton en Crimea hasta los pioneros reportajes fotográficos de la Guerra Civil española, pasando por la irrupción de la fotografía de guerra en el museo a cargo de Edward Steiche. Y se completa con una serie de films de Harun Farocki y Alexander Kluge que se interrogan por la naturaleza de la guerra y su evolución.

El Teatro Cómico Principal es la sede de Historia gráfica de la Guerra Civil en Córdoba, comisariada por Juan Manuel Fernández Delgado. "Es objetivo de esta muestra", afirma, "que de forma natural se acceda a nuestra historia, siendo la fotografía un excelente vehículo para ello. Para que esas imágenes cobren mayor sentido y sean mejor valoradas, consideramos fundamental acompañarlas con documentos, prensa y objetos de la época, que sitúen al visitante en su contexto. La novedad es hacerlo con la capacidad de superar las emociones que otorgan la madurez histórica y el rigor académico, para mostrar piezas que han permanecido ocultas, en su gran mayoría, hasta ahora".

Carole Alfarah presenta en Casa Árabe Wa Habibi. "Las fotografías que reúne este proyecto", señala su comisaria, María Santoyo, "han sido tomadas durante el conflicto que asola Siria desde marzo de 2011. Sin embargo, no estamos ante los arquetipos habituales del reportaje de guerra. El enfrentamiento, las causas, los bandos, las armas, la violencia o el exilio han sido conscientemente obviados. Estas imágenes emergen de la confusión, del zumbido en los oídos, escarban entre los escombros y se elevan en busca de la mirada del otro; el otro como único asidero, el vínculo como única opción de supervivencia".

La sección oficial se completa a partir del 7 de abril con Fronteras de Rafael Alcaide, en el Bulevar Gran Capitán y los autobuses de Aucorsa. Es el relato gráfico del mayor exilio del siglo XXI, el de la población huida de los conflictos de Oriente Medio. Alcaide acompañó en 2015 a cientos de refugiados procedentes de Siria, pero también de Afganistán e Iraq, desde la frontera serbohúngara, pasando por Croacia o Eslovenia, en su itinerario hacia Austria. Durante la marcha, cada llegada a los puestos fronterizos se convirtió en un episodio dramático más.

La sección paralela ha sido confeccionada a partir de una convocatoria abierta de proyectos coordinada por Afoco. De 113 propuestas se han seleccionado ocho: Lo humano & lo divino de Carlos Duarte (Escuela de Arte Mateo Inurria), Ausencias de Manuel Jesús Pineda (galería Ignacio Barceló), Sputtering de Jorge Isla (Cajasur Gran Capitán), Miradas de una ciudad de Jesús Chacón (San Felipe Neri), 12 horas en el Louvre de Katy Gómez Catalina (IES Luis de Góngora), Obras agónicas y otras patologías de Ausín Sainz (Fundación Antonio Gala), 365 días de María María Acha-Kutscher (Galerías Salazar) y Refugio de Alaa Chnana (Ayuntamiento, edificio Gran Capitán).

La sección de actividades complementarias incluye talleres, conferencias (entre los ponentes, Gervasio Sánchez y Joan Fontcuberta), mesas redondas y el ciclo de cine Imágenes en guerra en la Filmoteca de Andalucía.

"A pesar de todos los avances tecnológicos", apuntó ayer la alcaldesa, "la verdad sigue siendo demasiado a menudo la primera víctima, de ahí que aquellos que la siguen buscando detrás del objetivo de una cámara sean hoy en día más necesarios que nunca".

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