La oposición conservadora de Bolivia lograba paralizar ayer cinco capitales regionales y un número indeterminado de poblaciones menores, en una nueva huelga contra los planes del presidente Evo Morales.
La protesta de un día, liderada por autoridades, dirigentes y empresarios del distrito oriental de Santa Cruz, comenzó pacíficamente aunque marcada por una fuerte tensión por la movilización de grupos de choque ligados a los impulsores del paro.
"Ha sido una huelga total y pacífica", dijo Branco Marinkovic, presidente del Comité Pro-Santa Cruz.
El transporte y el comercio urbanos fueron paralizados en las ciudades en huelga, pero no había informes de alteraciones en actividades económicas claves, particularmente en la industria petrolera que bombea vitales suministros de gas a Argentina y Brasil.
Por su parte, el Gobierno de Morales afirmó que la huelga fue parcial, no tuvo repercusión en el campo y se cumplió en las capitales bajo la amenaza de grupos radicales.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios