Crónica

Feria de Córdoba 2022: El reencuentro más deseado

  • A medianoche la mítica portada de la Mezquita-Catedral en el recinto ferial de El Arenal encendió todas sus luces para dar comienzo a la cita más esperada del Mayo Cordobés

Portada de la Feria de Córdoba 2022

Portada de la Feria de Córdoba 2022 / Juan Ayala

Llega una Feria de Córdoba más, pero no una cualquiera, no es un año más. Es la Feria de Nuestra Señora de la Salud del regreso, de volver a pisar el albero caliente, de volver a quedar en la portada con amigos, de probar de nuevo el rebujito frío de caseta en caseta. La Feria que todos los cordobeses estaban esperando tras tres años y dos ediciones de desilusión. Las ansias se sintieron toda la semana, fueron en aumento y explotaron esta medianoche entre la multitud con los fuegos artificiales y un estruendo de aplausos cuando, por fin, la mítica portada de la Mezquita-Catedral instalada en el recinto ferial de El Arenal encendió todas sus luces para dar comienzo a la cita más esperada del Mayo Cordobés. Por fin. El alumbrado está compuesto por más de 1,8 millones de puntos de luz sostenibles, entre los que se encuentran 60.000 de la portada.

Niños que la están viviendo por primera vez, visitantes, extranjeros, mayores, jóvenes, políticos, los caseteros, los feriantes y los trabajadores que la hacen posible, todos compartían la misma ilusión de la vuelta. El calor no dio tregua este primer día, con temperaturas casi de récord para un mes de mayo, pero a las 21:00, cuando los primeros autobuses echaron a andar camino de El Arenal, la calima comenzaba a bajar y la gente se aglomeraba en las paradas de Aucorsa. Cientos de personas que sonreían bajo la mascarilla, de la que se despojaban una vez pisan el albero para ver de nuevo las caras de sus amigos tras el ya tradicional "nos vemos en la portada". 

Dos figuras del flamenco cordobés fueron los encargados de encender las luces en El Arenal: el guitarrista Rafael Rodríguez Fernández, Merengue de Córdoba, y su mujer, la bailaora Concha Calero.

Ambiente en las casetas de la Feria de Córdoba. Ambiente en las casetas de la Feria de Córdoba.

Ambiente en las casetas de la Feria de Córdoba. / Juan Ayala

Ya lo decía el alcalde, José María Bellido: parece mentira, y lo ha vuelto a repetir en el encendido de la portada, aunque, eso sí, aseguró, junto a Marián Aguilar y Salvador Fuentes y Miguel Ángel Torrico, que lo van a hacer "con mucha cabeza". Y es que si se echa la vista atrás, en mayo de 2020 la gente salía con miedo a la calle, a las mascarillas obligatorias se sumaban los guantes, la lejía y alcohol a chorros para lavar la compra y el gel hidroalcohólico cada vez que, por costumbre o no, se tocaba algún objeto.

Aunque la pandemia no se ha ido y las autoridades han hecho un llamamiento a la responsabilidad, con el consejero de Salud de la Junta, Jesús Aguirre, recordándolo en este primer día, toda la obligatoriedad quedó atrás y entre las medidas solo figura que las casetas tengan espacios abiertos o garanticen la circulación del aire y que dispongan de gel, decálogo de recomendaciones incluido el de la responsabilidad, que ahora recae en los ciudadanos. 

Volvieron los abrazos, eso sí, los encuentros, las fotos espectaculares con trajes de gitana que parecen imposibles de vestir con el calor que hace, las tradiciones más comunes, que se hacen una con las tendencias que imponen los más jóvenes, que no paran de hacer vídeos para Tiktok que en los próximos días se harán virales en todas las redes sociales. 

Familias y amigos en la Feria. Familias y amigos en la Feria.

Familias y amigos en la Feria. / Juan Ayala

Es una Feria de primeras veces, también. Cristina Casado estaba en El Arenal ya a las 20:30 con su hija, a la espera de entre 15 o 20 personas más, toda su familia, que iban de camino en el autobús. “Mi hija tiene cuatro años, se ha perdido dos años de Feria y ya es más consciente”, comenta mientras la pequeña corre a recibir a su prima, de cuatro años también, ataviadas con traje flamenco: “Primero los cacharritos, después ver los fuegos y después comer, patatas fritas o nuggets”, expresa la pequeña, que ya ha marcado el itinerario de la jornada familiar.

Es la primera vez también para muchos trabajadores: Carmen y Candela ponen a punto la caseta El Portón, en la calle Los Patios. Para Carmen, que aunque ya tiene experiencia en la hostelería es su primera vez como camarera en una feria. “Hay muchos nervios porque la gente lo va a coger con muchas ganas y estamos expectantes a ver qué ocurre”, dice mientras da los últimos retoques a la caseta, a la que espera “que venga toda la gente": "Estamos deseando de atender a los cordobeses y de reventar la feria”. Para su compañera, sin embargo, no solo será la primera vez trabajando en la Feria, sino viviendo la experiencia. Candela llegó desde Argentina hace apenas dos meses y está deseando de ver “cómo se lo montan los cordobeses”, aunque admite que “con unos nervios" que se "moría”.

En la misma caseta se prepara Martina, una dj que ha venido a amenizar el ambiente en esa caseta desde Granada. Prueba el sonido junto a sus compañeras mientras expresa “las ganas” que tiene de pinchar la música en una caseta. Y es que en El Arenal no se escucha la música desde el año 2020, han sido dos años de dejar discos, canciones, hits, temazos aparcados año tras año. Para Martina hay espacio para todo, su hilo musical tiene “su poquito de todo, canciones antiguas o actuales” y, para ella, lo que nunca puede faltar es “la música de barrieros, lo del barrio triunfa siempre”, expresa entre risas.

Las atracciones de la Feria. Las atracciones de la Feria.

Las atracciones de la Feria. / Juan Ayala

Los trajes de flamenca, la vestimenta que se confunde con la invitación a una boda, los pantalones cortos de los turistas, algún perdido en bicicleta atravesando el lugar y los uniformes de camareros y cocineros se fundieron en las calles del recinto. A las 21:30 todas las casetas y las atracciones se empezaron a encender como al unísono y se juntaron las sevillanas con el reggaetón a un volumen que acumulaba tres años sin escucharse, mientras montones de personas se bajaban de taxis y autobuses que llegaban uno tras otro a la explanada. “Espera, que la feria no se va a ir”, gritaba una madre a sus dos hijas mientras corrían en busca de su atracción favorita. No ha habido tregua.

Los estrenos de la Feria

La Feria estrena la obra de la calle del Potro, con bancos para descansar incluidos. Estrena también un programa piloto inclusivo en el que los menores de 18 años con discapacidad, acompañados por una persona que se haga responsable, tienen acceso preferente en algunas colas de las atracciones en la calle del Infierno, de momento solo cinco, así como más baños adaptados para minusválidos y algunas barras adaptadas dentro de las casetas.

Aucorsa ha ampliado sus recorridos con más paradas y un nuevo destino: la zona del parque Cruz Conde, al menos para los que tengan la suerte de poder coger algún autobús urbano, mientras el Consorcio de Transporte Metropolitano del Área de Córdoba ha puesto en marcha servicios adicionales a los establecidos para que los cordobeses de algunos pueblos puedan desplazarse hasta el recinto.

Muchas casetas, atracciones y juegos estrenan también precios. Las casetas populares ya habían explicado su previsión a este periódico: un incremento medio del 10% en los precios, mientras que las tradicionales insistieron en que tratarán de mantener precios. A María Patiño, de la caseta de la peña Los Íntimos de Escalante le preocupa la situación. “Han subido un poco los suministros, los toldos, los farolillos, la luz, con todo ello esperamos y hemos intentado mantener los precios”, en su caseta una copa cuesta 5 euros, “igual que en 2019” porque, afirma, “la economía no está muy buena” y se prevé que el cordobés gaste menos.

En el recinto ferial de Córdoba, que alberga 64 atracciones y 197 puestos de venta y comida, una ración de churros cuesta unos 3 euros, las patatas asadas 4 euros, una hamburguesa más un refresco puede costar 6 euros y un menú kebab con patatas y bebida alcanza los 10 euros en algunos de los puestos junto a los cacharritos.

Una niña juega en las atracciones. Una niña juega en las atracciones.

Una niña juega en las atracciones. / Juan Ayala

Son los precios de las atracciones los que también preocupan a los padres. La más cara cuesta 6 euros el viaje, se trata del buster, una de las atracciones más demandadas por los grupos de amigos y adolescentes, que hacen largas filas para subirse a la atracción. La noria cuesta 5 euros el viaje, está adaptada a movilidad reducida y cuenta con aire acondicionado. A las 20:40 ya había colas para el canguro y el Inverter, que tienen un precio de 5 euros un viaje, mientras la clásica mansión del terror cuesta 4,5 euros. Los más baratos son los cacharritos para los más pequeños, los caballitos, un viaje por 3,5 euros y gratis para niños con discapacidad demostrable y los multijuegos al mismo precio.

El pistoletazo de salida de la Feria más esperada lo tuvo todo: las ya típicas despedidas de solteras, trajes de flamenca de todos los colores, combinaciones y formas como si de una pasarela de fashion week se tratara, niños con más ilusión que nunca antes, el sabor de cuando se prueba un bocado por primera vez, jarras y jarras de rebujito frío que iban y venían entre la multitud, canciones y temazos que los jóvenes acumulaban en su repertorio de Spotify desde que estaban confinados sin poder cantarlas a todo pulmón en una discoteca. Hoy lo hicieron, los cordobeses lo hicieron todo y ha sido apenas el primer día de Feria.

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