Sol radiante y temperaturas por encima de los 30 grados. Con este panorama se han encontrado los miles de cordobeses y turistas que, ansiosos de mayo, se han tirado a la calle para disfrutar del primer día de Cruces.

A las 12:00 han empezado a sonar las sevillanas y las rumbas y a las 12:05 han empezado a funcionar los grifos de cerveza y las freidoras. Las ganas de disfrutar de la segunda fiesta del Mayo Festivo, tras la Cata y con el permiso de la romería, se han notado en prácticamente todos los recintos que participan en el concurso, hasta 52.

Del Centro a Cañero y del Distrito Sur a a las barriadas periféricas, el mediodía en las Cruces se ha vivido con unas ganas que las lluvias de atrás no hubieran permitido. Pero parece que la primavera se ha aliado con la ciudad en un nuevo Mayo Festivo donde ha resultado incluso difícil pedir una ración de croquetas.

El Centro ha sido una de las zonas más concurridas desde primera hora. Mientras en la cruz de la plaza de Ignacio de Loyola, la que monta la Hermandad de la Buena Muerte (San Hipólito), se ultimaban los preparativos, ya llegaban los primeros cordobeses con ganas de beberse un rebujito.

Una familia en la cruz de San Hipólito.

Un grupo de amigos de la barriada periférica de Cerro Muriano se han citado en esta cruz para luego hacer un tour admirando cómo han quedado este año las decoraciones. Rafael Caño, uno de los integrantes del grupo, explicaba antes de pedirse la primera cerveza que el primer día siempre lo reservan para este recorrido, pero que el resto de días prefieren quedarse en su barrio y en su cruz.

Precisamente San Hipólito es una de las zonas donde más multitud se ha congregado en esta primera jornada de la fiesta, que se presupone más multitudinaria por coincidir con la fiesta del 1 de mayo. Y es que en este espacio era harto complicado pedir a la hora de comer por la cantidad de gente congregada frente a la barra, uno de los sitios, además, donde la sombra era protagonista.

Los precios de la comida, por otra parte, similares a los del año pasado. Hay diferencia entre cruces, eso sí. Desde platos de jamón a 18 euros, quizá lo más caro que pueda encontrarse estos días en las Cruces, hasta bolitas de flamenquín a 7, un plato de queso a 7 euros o pinchitos, 2 euros la unidad.

Los precios son similares a los del año pasado y el rebujito continúa como la bebida más solicitada

Los precios se sitúan más o menos en estos niveles y la mayoría de recintos ofrece la comida típica, además de la nombrada, tortilla (7 euros), salmorejo (6 euros) o croquetas (7 euros). Los precios de las bebidas sí suelen variar entre cruces. Lo más típico, la jarra de rebujito, se puede encontrar desde 5 hasta 10 euros, la cerveza cuesta 1,5 euros y la botella de Pilycrim entre 10 y 7 euros dependiendo del tamaño.

Cruz frente a la Iglesia de Santa Marina.

Pero parece que los precios no son un problema y desde las cruces más económicas hasta las que son algo más caras han vivido una intensa jornada. Y es que el día festivo ha servido para comer en familia, para quedar con amigos a los que se ve poco o para disfrutar en pareja.

Así iban Faly y Laura, él cordobés y ella sevillana. “Nunca había venido a Córdoba ni a las Cruces y la verdad es que me están gustando mucho”, comentaba ella en la cruz de San Nicolás (la de la Hermandad de la Sentencia). “La clave está en ir de cruz en cruz y verlas todas y tomarte una cerveza, aunque con moderación”, explicaba él entre risas.

Seguro que cervezas se han servido muchas, dada la calor, el buen ambiente y las ganas que comenzaron con la Cata y que parecen que todavía van a durar durante todo el mes.