-
La Judería fue, entre los siglos X y XV, el barrio en el que en Córdoba vivían los judíos. Se encuentra situada al noroeste de la Mezquita Catedral, en la zona comprendida entre las calles Deanes, Manríquez, Tomás Conde, Judíos, Almanzor y Romero. Es una de las zonas más visitadas por los turistas, ya que, además de la Mezquita, en ella se pueden ver monumentos como la Sinagoga, el Zoco Municipal o el Museo Taurino, entre otros. Otros monumentos de la Judería son la Plaza de Judá Leví, a la que da la Casa de Cristal, la plaza del Cardenal Salazar, o la Plazuela de Maimónides, el hombre que en el siglo XII llevó al pensamiento judío a su cénit. La Mezquita-Catedral es el emblema de Córdoba y uno de los lugares más visitados del mundo. Se empezó a construir como mezquita en el año 786. En 1238, tras la Reconquista cristiana de la ciudad, se llevó a cabo su consagración como catedral de la diócesis.
-
En esta zona también se puede visitar la iglesia de San Francisco y San Eulogio, templo que pertenece a las denominadas iglesias fernandinas, ya que fue fundado por el rey castellano Fernando III en el siglo XIII. Su nombre original fue el de convento de San Pedro el Real y fue gestionado por la Orden Franciscana, de ahí su denominación actual. El templo fue declarado Bien de Interés Cultural en categoría de Monumento el 24 de marzo de 1982. También es recomendable la visita a una de las numerosas posadas que hubo en el entorno del barrio de San Francisco-Ribera, la que solo se conserva, la posada del Potro, la cual se conserva su aspecto original.
-
Ruta Judería - San Francisco de los Patios de Córdoba, en imágenes
El edificio de la Subdelegación de Defensa en Córdoba es el antiguo palacete de los Venegas de Henestrosa –del XVI–, que pasó de casa solariega a oratorio de San Felipe Neri y, posteriormente, fue la sede de la Gobernación Militar en la ciudad. Tiene tres patios. El principal posee una profusa decoración del barroco de placas. Los otros dos, menos monumentales, se caracterizan por su vegetación.
Situada en la calle de la Sinagoga y el Zoco, esta casa, que fue fábrica de velas y hospital de frailes carmelitas, cuenta con más de 300 años de antigüedad. Su aspecto actual es el fruto de muchos años de sacrificio e ilusiones, las de Basilia Bolaños. En el patio destaca su fuente central con forma estrellada, que suele ser una isla entre un mar de macetas rojas. Además de su rica variedad floral, son reseñables los elementos decorativos que Basilia Bolaños gusta de repartir por el recinto y entre los que no faltan platos de cerámica, braseros de época y miniaturas en bronce. Judíos, 6 es, sobre todo, el escenario de la historia familiar de Antonio y Basilia, que se casaron “en el 67, y vivimos en ella unos siete años hasta que se la compramos al entonces dueño”, cuenta. En los 80 comenzaron a transformarla con las primeras obras de reforma, actuaciones que han dotado a la casa de una arquitectura moderna en la que no faltan elementos costumbristas en forma de arco de herradura musulmán, mientras que la fachada y el pórtico, sencillo y encalado, son legados de los orígenes de la época barroca del recinto. Antonio ya no está, pero su presencia se sigue sintiendo desde que se fue.
La torre de la Mezquita-Catedral adorna el cielo de este patio que pertenece a una casa de estilo solariego que data de 1786 –es el único recinto desde el que se ve el primer monumento de Córdoba –. En el patio del número 10 de la calle Céspedes, destacan, entre otros elementos, su suelo ajedrezado, un pilón decorado con azulejos y galerías formadas por dos pórticos arqueados de distinto tamaño con ladrillo visto. A través del patio se accede a un sótano que atesora una pila árabe de lavar, un pozo, un aljibe, una cocina y un pilón. El de los Torrealba Mérida es un recinto muy familiar vestido de flores de todo tipo durante todo el año. No falta un mosaico de San Rafael custodiando un patio que, en principio, “no era de fuente, sino de pilón”, insiste Rosario, hasta que un día Pepe decidió regalar a sus hermanos una fuente de dos platos, con motivos labrados, que reina en el lugar. También es una singularidad en esta casa su vinoteca.
Sobresale en este patio su pórtico de arcos de ladrillo de medio punto y columnas rematadas con capiteles toscanos que se repiten en el nivel inferior de sus tres lados. También es muy característico el pavimento de losas de barro de un recinto de raíces barrocas que, además, conserva su artesonado original de madera. El equipo de Cáritas de la parroquia del Sagrario lo ha vuelto a presentar al concurso con fines totalmente solidarios, para ayudar a los más necesitados.
La magníficamente recuperada Casa Mudéjar, sede en Córdoba de la Casa Árabe, vuelve a ser visitable un año más. El edificio agrupa cinco casas diferentes enlazadas por galerías, pasadizo y escalinatas, con cuatro patios y un torreón. La edificación original data del siglo XIV, aunque la mayor parte de las edificaciones actuales pertenecen a los siglos XV y XVI. El patio central alberga una fuente central y una singular vegetación.
El Archivo Histórico Provincial está ubicado en la antigua iglesia de Santo Domingo de Silos y tiene su entrada en una antigua casa barroca. El patio tiene planta cuadrada, paredes blancas y suelo de enchinado cordobés. En los lados sur y este se hallan tres columnas de mármol rojo de Cabra que sujetan cuatro arcos. Resalta la pequeña fuente de forma circular y realizada en piedra que ocupa el centro del patio.
El patio forma parte de una casa que se esconde detrás de la Mezquita, casa en la que, en 1608, murió el célebre literato, poeta, pintor, escultor y arquitecto Pablo de Céspedes, y que actualmente está compuesta por siete viviendas. El acceso al patio se realiza a través de un largo pasillo que desemboca en un pequeño zaguán, que conecta con la galería en recodo del patio, esta galería de origen barroco posee un pórtico con seis arcos y columnas cementadas, el resto del patio cuenta con fachadas en las que puertas, ventanas y balcones acompañan a una escalera, al aire libre, encalada y con peldaños de losas de barro. Su suelo es de chino cordobés sobre el que se levanta un antiguo y muy característico pozo de brocal árabe. También es digna de reseñar su composición arquitectónica, con su escalera en recodo incluida. Entre su variada ornamentación no suelen faltar pilistras, hortensias, helechos comunes, orejas de elefante o clavellinas.
Carola Reintjes se define como una enamorada de la cultura de los Patios, de ese clima de convivencia, de intercambio cultural y de solidaridad entre sus gentes; o lo que es lo mismo, de lo que llevó a la Unesco a considerar a la cita por excelencia del Mayo Festivo cordobés como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Por eso, Carola presentó su patio, el del número 15 de la calle Julio Romero de Torres, al certamen que el año pasado celebró el Ayuntamiento el pasado mes de octubre y este año por primera vez lo presenta al concurso municipal. Carola lo define como un patio de arquitectura antigua, heredado de aquellas casas medievales en las que no falta un zaguán, una fuente y arcos, además de un brocal de pozo medieval y elementos decorativo de cerámica. En lo que a ornamentación se refiere, Carola destaca “una higuera gigante, árboles frutales, entre ellos un limonero, la costilla de Adán, gitanillas, geranios, hortensias, plantas aromáticas...”.
La vida de Luisa García es un constante modelar, una vida que respira un arte que no sólo plasma en su trabajo, sino también en la recuperación de la arquitectura clásica –patio incluido– de su hogar, el número 22 de la calle Maese Luis, una vivienda en la que Luisa tiene su taller de cerámica y cuya primera escritura de venta data de 1803 –no obstante, la antigüedad de la casa puede datar, al menos, de 1700–. La decoración floral del patio es para ella todo un ejercicio de ingeniería. Antes de hacerla vegetal, plasma su diseño sobre un papel jugando con tonalidades y especies, para posteriormente cambiar esa ornamentalidad año a año. En el recinto destacan, sobre todo, dos grandes y premiados limoneros en espaldera, sin olvidar las innumerables gitanillas moradas que suelen poblar el torreón que corona un patio que es uno de los que es de obligatoria visita, con permiso de los demás del concurso. Su pavimento es de losa hidráulica y también perteneciente al siglo XIX. Otro de los detalles del recinto es el pozo medieval que Luisa ha recuperado.
Las flores son la pasión de Isabel López en un patio con una gran riqueza ornamental que pertenece a una casa tallada en mármol. El patio está presidido por un espectacular Triunfo de San Rafael bajo el que brota el agua de un surtidor para caer a distintos niveles, terminando en una acequia que la conduce hasta una fuente, de la que beben las plantas. El pavimento es de enchinado cordobés en el centro, rodeado de baldosas de barro rojas. Las paredes están alicatadas, hasta la mitad, con azulejo sevillano. En el recinto se pueden ver varios galápagos entre las numerosas y variadas plantas que posee este patio.
Esta vivienda era en su origen una antigua casa solariega. El patio, conocido como el Patio de los Ladrillos cuenta con paredes de ladrillo visto prensado y se encuentra rodeado por una arcada compuesta por columnas blancas de inspiración califal, que conforman un soportal en todos sus lados. El suelo mezcla el chino blanco con el negro, mientras que en un lateral emerge una gran fuente circular con un surtidor central y canal de ladrillo a su alrededor. Su adorno ornamental le confiere una singularidad única y envidiable. Las puertas de las habitaciones que dan al patio son de tipo castellano de cuarterones, y las ventanas de madera tienen rejas de hierro.
La Posada del Potro, actual sede del Centro Flamenco Fosforito, es un corral de vecinos, una vivienda típica del siglo XV que fue destinada a posada, ejerciendo esta función hasta el año 1972. En torno a un patio central se establecen diferentes dependencias como las cuadras y habitaciones, en la planta baja, y en la planta alta, otras dependencias con barandas, soporte y tejadillo de madera. Situado también en la Plaza del Potro se levanta el edificio del Museo de Bellas Artes, que acoge además al de Julio Romero de Torres. El edificio ocupa distintas dependencias de lo que fue el antiguo Hospital de la Caridad, de estilo plateresco y fundado en la época de los Reyes Católicos. El patio, que separa ambos museos, posee una hermosa fuente central. En su interior, unidos entre si por pasillos de chino cordobés, hay numerosos arriates de forma triangular con grandes naranjos y plantas de sombra.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios