Invísteme deprisa que voy despacio
Sánchez frena el ímpetu navideño para ser presidente y dilata la elección de su nuevo gabinete mientras Podemos filtra los nombres de ministros
Tras ocho meses de bloqueo político, Sánchez se transformó en González, pero no en Felipe, sino en Speedy. Quería correr y cerrar su investidura en época navideña. Se le cayó al candidato socialista la aspiración de la última semana de 2019, intentó coronarse en la víspera de Reyes y al final ató su permanencia en La Moncloa dos días después, el 7 de enero, porque "España necesita un Gobierno cuanto antes", se excusaba. Más bien parecía que entre Nochebuena y Reyes, por las fiestas, podía esconder más un debate de investidura que, como él sabía, sería revuelto y bronco; además, necesita volar para que ERC no reculara ante la presión de un sector del independentismo por prestar su abstención a Pedro Sánchez.
"Resulta que esas prisas, ese brío, no ha sido tal y el país puede esperar hasta la semana próxima para conocer el nuevo Ejecutivo. Extraña porque el primer abrazo del socialista y Pablo Iglesias, líder de Unidas Podemos, se produjo el 12 de noviembre y se supone que estos casi dos meses podían tener requetehablado la distribución de los ministerios y de los altos cargos de la formación morada que entrarían en el primer Ejecutivo de coalición en España.
La defensa de Calvo
De hecho, Podemos se ha dedicado estos días a filtrar a los primeros espadas que despacharán con Sánchez en La Moncloa cada viernes en los consejos de Ministros. Ya se conocía que Iglesias sería vicepresidente, pero luego fueron goteando las demás: Irene Montero será la titular de Igualdad, Manuel Castells irá a Universidades, Yolanda Díaz se encargará de Trabajo y Alberto Garzón mandará en Consumo. Estas filtraciones han supuesto el primer roce entre Sánchez e Iglesias, y seguramente a ello se deba que el presidente del Gobierno haya enfriado el veloz calendario que quería imponer el secretario general morado. Invístime deprisa que voy despacio.
La resolución de Sánchez de darse "unos días" para comunicar un gabinete, que se daba prácticamente por cerrado en la semana previa al debate de investidura, fue justificada por la vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo, en TVE.
"No es extraño que el presidente necesite unos días para armar un Gobierno. Ahora está haciendo modificaciones" con el propósito de conformar un Gobierno "estable, constructivo y que dure cuatro años", aseveró Calvo, que en su intervención se refirió en varias ocasiones a Podemos como "ese partido", sin nombrarlo explícitamente.
De momento, este viernes no está previsto que se celebre el Consejo de Ministros y, de hecho, no ha sido convocada la comisión de subsecretarios. Cabe la posibilidad de que haya un Consejo extraordinario a principio o a mitad de la próxima semana.
El líder del PP, Pablo Casado, arremetió contra Sánchez al acusarlo de "engaño masivo a los españoles" por su supuesta premura en formar Gobierno cuando ahora va a esperar y advirtió de que los populares intentarán que este Ejecutivo "dure lo menos posible".
En una entrevista en la Cope, Casado también criticó que Iglesias, y la ya ex portavoz de Podemos en el Congreso, Irene Montero, vayan a formar parte del Ejecutivo, ya que "en la mayoría de las empresas no se permite que una pareja esté en el mismo departamento". Casado consideró que esto no se consentiría en un Gobierno de derechas y forma parte del "asimetría mediática, social e incluso moral" con la que se juzga a los partidos de este ámbito ideológico frente a los de izquierda.
Pacto de no agresión entre ministerios
A juicio de los populares, que Sánchez haya prometido el cargo sin nombrar ministros supone la primera "minicrisis" del Ejecutivo de coalición. Una "minicrisis" que achacan al anuncio, por parte de Podemos, de sus nombramientos sin esperar a que lo hiciera el presidente electo. El portavoz del PP en el Senado, Javier Maroto, cree que el presidente está "claramente enfurecido" por los anuncios de sus socios. "Se están tirando de los pelos antes de empezar", enfatizó.
Entretanto, PSOE y Podemos blindaron la relación del Ejecutivo con la creación de una comisión de seguimiento del acuerdo para evitar discrepancias internas y garantizar la estabilidad de la legislatura. El protocolo también establece que "los ministros respetarán su ámbito competencial propio y evitarán opinar o dar publicidad a proyectos de otros ministerios antes de ser refrendados por el Consejo de Ministros".
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