"Empecé desde donde creo que se debe empezar, desde abajo"

Juan José Verdugo Camacho. Jinete profesor de la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre

El jinete Juan Verdugo.
El jinete Juan Verdugo.

Nacido en Morón de la Frontera, cursó sus estudios primarios en dicha ciudad y el resto de su formación la desarrolló en Jerez de la Frontera, Eso, Bachiller, Técnico Deportivo 1, 2 y 3. Es además titulado por la Escuela Nacional de Saumur (Francia) durante dos años consecutivos. Deportista de élite y de alto rendimiento concedido por la Junta de Andalucía, tiene además otros muchos títulos relacionados con el caballo como juez de doma, juez de enganche, monitor de equitación, medicina equina deportiva, guía ecuestre, formador de formadores y fisioterapia equina. Le encanta estudiar, "estar preparado porque el saber no ocupa lugar". Como aficiones, le gustan los toros y el fútbol.

Su tiempo libre lo dedica a su familia, su esposa Raquel y su hijo Fernando, "quien por suerte no me deja desconectar, pues cada tarde toma clases conmigo de esta bonita afición que ojalá le siga ilusionando como a mí". Juan Verdugo recalca el agradecimiento a sus padres, Juan José y Cristina, "y hacer una mención especial a mi mujer, ya que ella es la que me ayuda, me soporta y está siempre al pie del cañón en todos los sentidos desde el día que la conocí, en el año 1999".

¿Por qué el mundo del caballo?

Siempre he sido un enamorado de los animales en general, pero cuando monté a caballo por primera vez, sentí algo diferente que me hizo aficionarme. Todo empezó en Morón de la Frontera (mi pueblo), en casa de mi tío y padrino Pepe Medina, que tenía caballos en casa para el disfrute de la familia, montábamos como diversión y cada vez me gustaba más montar y conocer este maravilloso mundo. Montábamos a diario. Fueron unos años que jamás olvidaré.

¿Por qué tenía tan claro desde niño que le gustaba este mundo y por qué Jerez?

Un día, mi madre me buscó una cinta de vídeo del espectáculo ‘Cómo bailan los caballos andaluces’ de la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre (REAAE) de Jerez y fue a partir de ahí que me quedé enamorado de los caballos de Jerez. Además, mis padres siempre apoyaron mi idea de venirme a Jerez para formarme y poder cumplir mi sueño.

Dicen que es usted una persona que no se rinde fácilmente. ¿Lo demuestra formar parte de la Real Escuela, su sueño desde niño?

Pues de momento, aún no me he rendido de seguir persiguiendo mi sueño. Llegué a Jerez con 16 años, siendo un niño, y mis comienzos fueron desde abajo, de alumno de mozo de cuadras, limpiando y cuidando a los caballos de la Real Escuela, sin dejar de pensar cada día que con mi esfuerzo y tesón llegaría a ser un jinete profesional, así que cada día estudiaba y me preparaba para la prueba de acceso a alumno de equitación en la REAAE. Y llegó el momento de presentarme, fue una gran emoción pues aprobé a la primera y ahí comenzó mi formación. Después de 4 años, en 2002, tras terminar el último curso, contaron conmigo para formar parte de la plantilla como jinete, consiguiendo así el sueño de un joven que aspiraba desde niño a formar parte de esta bonita Institución creada y fundada por el más grande, Álvaro Domecq.

¿Qué supone para usted ser hoy un referente en el mundo del caballo?

Para mí, realmente una de las cosas que más me alimentan es cuando los alumnos que siguen mis pasos y mis consejos triunfan en la competición y en su vida profesional con caballos. Me considero un ejemplo a seguir para todos los chicos jóvenes que algún día quieran dedicarse profesionalmente al mundo del caballo, ya que empecé desde donde creo que se debe empezar, desde abajo, e ir subiendo con cabeza, formación, sudor y esfuerzo. Así he conseguido lo que ahora soy. Y te puedo asegurar que nadie me ha regalado nada.

¿Qué le dice a las nuevas generaciones que se ponen en sus manos como alumnos?

Pues les digo que la base principal para llegar a ser alguien en el mundo del caballo es trabajo, constancia, afición, formación, educación y humildad.

Su tesón le ha llevado a lo más alto de la competición. ¿Cómo ha sido ese camino, ese progreso?

Empecé a competir más continuo en el año 2008. En esa fecha llegó a mis manos por casualidad un potro de nombre Alelo de la Yeguada Militar, que tras mucho trabajo pude conseguir con él ser campeón del ciclo de caballos jóvenes en doma clásica, campeón de Andalucía y Campeón de Sicab en Alta Escuela. A partir de ahí he competido con muchos caballos y en diferentes disciplinas: ‘Senil’ fue campeón de Sicab en riendas largas; ‘Candongo’ fue Campeón de Andalucía Alta Escuela; ‘Caramelo’ fue subcampeón del Mundo de Equitación de Trabajo por equipos y medalla individual de plata; ‘Infante’ de Álvaro Domecq fue campeón de Alta Escuela, nivel Superior en Sicab; ‘Inocente’ de la REAAE fue campeón de Andalucía y España de Equitación de Trabajo; ‘Aire de Cantarina’ es actual campeón de España Absoluto de Equitación de Trabajo y subcampeón de Europa por Equipos y Medalla de plata como entrenador y seleccionador del equipo junior de Equitación de Trabajo por la Real Federación Hípica Española.

¿Qué falsos mitos hay que desbancar del mundo de la equitación?

Está muy de moda competir con caballos centroeuropeos y lusitanos y yo me considero un defensor del pura raza español. Pienso que es la mejor raza y la más versátil del mundo para todas las disciplinas.

¿Cómo está el mundo de la equitación en España?

Ahora estoy practicando mucho la Equitación de Trabajo. Está creciendo con mucha fuerza, ya que es una disciplina internacional y da cabida a jinetes jóvenes, ganaderos, compraventa de caballos etc. Yo, la equitación, la veo como un gran escaparate para el mundo entero.

¿Proyectos de futuro?

Lo más destacado ahora es el Campeonato del Mundo de Equitación de Trabajo en septiembre de 2026, que se celebrará en la REAAE, donde me gustaría representar a España con ‘Inocente’.

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