El último minuto cambió la parte noble de la tabla

Ganaba el Zaragoza en Castellón. Su victoria le habría reportado calma y una semana en la única zona que le calma y reconforta, la de ascenso. Sin embargo, en el minuto 94, cuando sus 700 acompañantes ya festejaban un pírrico triunfo, se llevaron dos palos consecutivos. El central maño Pulido cometió un penalti absurdo sobre Nsue y Ulloa marcó dos veces de penalti (el primer lanzamiento fue anulado por el árbitro) para devolver las tablas al marcador. El gol fue muy bien aprovechado por el Xerez (masacró con contundencia al Hércules en el duelo con solera de la jornada), el Rayo y el Tenerife. En la zona de privilegio, un error cuesta el doble.

A PROPÓSITO DE PITI

Tiene un nombre indigno de un buen futbolista. Como timorato. De niño pequeño. Sin embargo, Francisco Medina, Piti, es un pelotero con oficio. El delantero catalán acertó a meterla en el último minuto del partido de su Rayo en Huesca y, como en una afortunada carambola, colocó a los franjirrojos en la zona de ascenso a Primera. Fue el mismo delantero que marcó un tanto clave de cuco en Éibar. El Rayito, otro diminutivo como el de Piti, se está ganando con esos modestos esfuerzos un hueco entre los grandes. Por su idiosincrasia, no le pega hacerlo de otra forma.

LOS NIÑOS Y LA PELOTA

Serrat trovaba en su célebre Esos locos bajitos a aquel niño que debía dejar de "joder con la pelotita". El Sevilla Atlético le hizo la Pascua (en fecha apropiada) al Alavés el sábado. Le birló dos puntos que necesitaba como el respirar en su desesperada pugna por eludir el descenso. A estas alturas, en las que ya se saben sentenciados, los canteranos hispalenses se han convertido en pequeños y traviesos niños a los que, de vez en cuando, les da por joder con la pelotita. En Córdoba, Vigo, Las Palmas o Murcia, claro, aplaudieron su última trastada.