Castellón-córdoba (1-1) · la crónica

Un punto que da seguridad

  • El estreno de José González deparó un equipo esforzado, que mantuvo el tipo en el estadio más duro de la Liga · Javi Moreno firmó el empate

Punto en la clasificación y punto de inflexión en el arranque de la etapa de José González al frente del Córdoba. El empate, ese resultado ambiguo y adosado al conjunto blanquiverde en esta Liga, deparó ayer una dosis de autoestima para un equipo que mantiene una renta prudencial sobre la zona de descenso (tres puntos) gracias a otro gol de Javi Moreno, esencial para evitar una tercera derrota consecutiva que habría supuesto la racha más negativa de la temporada. El Castellón se había adelantado en el primer tiempo merced a un penalti transformado por Tabares y, a pesar de que un triunfo lo colocaba a un partido del ascenso, terminó aceptando la igualada ante un conjunto corajudo, con alma.

Entre el último once de Paco Jémez y el primero de José González apenas había dos retoques, y uno de ellos obligado por la lesión de Pierini: amén de la inclusión de Antonio en el eje de la zaga, Acciari entró en el doble pivote en detrimento de Katxorro. Eso daba idea de una apuesta por la continuidad -las cosas no se venían haciendo tan mal-, apuntalando la zona ancha con un stopper más y un creativo menos.

El Córdoba salió bien plantado. Desde el saque de centro. Con envíos en largo hacia Asen y Arthuro, el campo estaba orientado hacia la portería de Carlos Sánchez. El primer córner y la primera falta lateral fueron visitantes, pero sendos golpeos mordidos de Cristian impidieron comprobar si José es tan buen estratega como lo pintan.

Sin embargo, el Castellón creó las dos primeras oportunidades, en acciones muy similares. A balón parado, también. El primer centro de Arana propició un testarazo de Tabares -Julio Iglesias se estiró para mandar a córner- y el segundo, otro de Aurelio, desviado.

El partido estaba muy vivo. Arthuro se internó en el área y asistió a Asen, pero la defensa albinegra reaccionó con destreza. El Castellón se había sacudido la pájara inicial y ya amagaba por todos los flancos, especialmente a través de un Tabares engañoso: le llaman Huracán y es capaz de hacer dos sombreros seguidos. Y también de Arana, ejecutor de una falta lateral a pie cambiado que botó sobre el larguero. O de Mario Rosas, cuyo toque con el exterior dejó a Oberman en buena posición; el argentino cruzó demasiado.

En pleno asedio, Perico fue emparedado por Pablo Ruiz e Ito y cayó dentro del área. El árbitro no se lo pensó: penalti. Tabares agarró la pelota y engañó a Julio Iglesias desde los once metros.

Reacción, la palabra de moda. Para eso ha llegado José, en general y en particular. Acciari echó un cable con un pase bombeado cargado de sutileza e Ito ganó la espalda a la zaga, pero el delicado Mario Rosas se cruzó con energía. El mundo al revés.

Asen y Arthuro se movían sin arrojar más dividendos que una amarilla al central Dealbert por cortar bruscamente una arrancada del madrileño. Poco antes, el brasileño, mosqueado, había visto una cartulina por protestar. Los delanteros tenían pocas garantías de éxito porque la modalidad ofensiva más habitual era el pelotazo colgado por Pablo Ruiz.

Ya al borde del intermedio, Mario y Diego Reyes se animaron a subir. En su incorporación, el lateral zurdo provocó un saque de esquina mal cabeceado por Acciari. Mala señal: Carlos Sánchez se marchó a la caseta sin tener que intervenir.

Se ve que el arquero local también tenía ganas de sentirse futbolista. Quizá por eso sólo habían transcurrido tres minutos de la segunda mitad cuando se pasó de frenada y capturó un balón aéreo medio metro fuera del área. Amarilla y libre directo peligrosísimo. Cristian Álvarez lanzó fuera.

Arteaga y Javi Moreno se prepararon para salir. El Castellón no pasaba apuros y el choque precisaba otro aire. Con media hora por delante, González refrescó la banda derecha -Cristian se ha estancado tras resurgir- y situó al depredador a la caza de alguna presa. Moreno no anduvo fino en sus dos primeras apariciones, y en la tercera metió un balón en profundidad hacia Asen con la cabeza; el asistente levantó el banderín. Lástima.

Más enchufado estaba, lógicamente, Tabares. El argentino rozó el doblete a raíz de una pérdida de Antonio, pues Oberman se coló por la derecha y puso un centro que el ariete cabeceó al poste, cogiendo a contrapié a Julio Iglesias. Menos mal.

El primer remate del Córdoba entre los tres palos no se produjo hasta el minuto 70: Diego Reyes probó fortuna desde lejos y Carlos Sánchez blocó. No había profundidad porque Arteaga salió frío y Juanlu era incapaz de superar el pegajoso marcaje de Rafita. Por eso entró Katxorro, dispuesto a organizar las ofensivas. Dos minutos después, Javi Moreno habilitó a Asen, quien superó la salida de Carlos Sánchez con un toque por arriba pero no acertó en la volea posterior, con la zurda y en posición forzada. Y en el 79', Katxorro enganchó un zurdazo que se perdió a un par de metros del poste.

Dicen que José González trabaja la pizarra de forma casi enfermiza. Pues quizá ha aprendido de Paco. Porque el empate fue calcado al 2-1 en Alicante: córner desde la izquierda, prolongación con la cabeza y gol en el segundo palo. ¿Quién estaba allí? Sí, el más gordo, el más audaz: Javi Moreno. Es único.

En los últimos minutos se cortó mucha tela. Arteaga disparó con toda la intención del mundo desde la corona del área tras un pase de la muerte de Juanlu y el esférico murió en el palo, esquivo. Como réplica, un zapatazo de Aurelio en una falta dio paso a uno de los ya famosos despejes de Julio Iglesias al centro. Esta vez, su aparatosa parada no tuvo consecuencias.

Ya en el descuento, Mario quedó tendido y su técnico le ordenó que se levantase: la evidencia de un carácter ambicioso. Pendín irrumpió en el minuto 93 para contener las embestidas definitivas de un Córdoba esforzado y solidario, del que uno puede sentirse orgulloso.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios