Emilio Vega y Alessandro Pierini. Director deportivo y capitán. Dos de los rostros más reconocibles en un proyecto en entredicho. Ambos estuvieron en Castalia animando a un equipo necesitado de cariño y, sobre todo, de resultados positivos. El 3-3 registrado en la víspera entre el Sporting y el Nàstic dejaba a unos a seis puntos del ascenso y a otros con dos puntos sobre el descenso. Con el marcador de ayer, el Castellón y el Córdoba continúan inmersos en sus respectivas peleas. Ya queda una jornada menos, diez. Sigue la cuenta atrás.

José González se mostró activo en todo momento, dando instrucciones y calmando a sus futbolistas más nerviosos, como Arthuro o Juanlu. Es su batalla contra la ansiedad. La guerra contra la sed la tiene ganada, porque es un hombre a una botella de agua pegado. Vistió un traje negro y a la conclusión del encuentro fue el primero en estrechar la mano de Pérez Riverol, quien le había pedido calma en el minuto 37, y poco después se saludó con Pepe Murcia, también con chaqueta y pantalones de pinzas. El cordobés iba de gris.

Fue un partido reñido, en el que los cordobesistas acusaron a veces su exceso de ímpetu. Por eso se escurrieron Julio Iglesias, Pablo Ruiz, Arthuro, Juanlu… El equipo camina sobre el alambre y el exceso de responsabilidad les jugó malas pasadas. Tan valiosos eran los puntos en juego que hubo piques entre los rivales por el manido debate sobre la deportividad, echar la pelota fuera y esas pamplinas. También hubo empate en la picaresca.

En Castalia, donde relucen hasta tres marcadores luminosos -en El Arcángel sólo hay uno y parece jurásico-, acogió ayer una serie de iniciativas encaminadas a promocionar los VI Special Olympics, que se celebrarán en la capital de La Plana en octubre. Se trata de un certamen para deportistas con discapacidad psíquica que aglutinará a representantes de 18 países, en un movimiento sin ánimo de lucro que persigue fomentar el desarrollo y la integración de estas personas. En las puertas de acceso al estadio se repartió información para captar voluntarios, los jugadores albinegros lucieron camisetas promocionales y, en el descanso, los alumnos de la sede Isabel Ferrer de la Escuela de Fútbol de la Fundación del club se mezclaron con los miembros del centro Ivadis y la Asociación Síndrome de Down de Castellón, todo para deleite de los aficionados que se dieron cita en el recinto de la avenida Benicasim.

Los seguidores abandonaron Castalia por donde habían llegado. Lo hicieron, en su mayoría, cariacontecidos. Una vez asumida la decepción al dejar escapar una gran oportunidad de acercarse a Primera, la hinchada centró sus expectativas en una derrota del Villarreal en el Pizjuán. No les gusta que el paisano de pueblo haya salido tan respondón.