Diez minutos de caos
Hércules | córdoba · informe técnico
El modelo habitual de casa, con Katxorro en el eje y dos puntas, funcionó hasta que Bechan hizo el 1-0 · Los retoques sólo dieron para recortar la desventaja
Al Córdoba se sobraron diez minutos, los previos al descanso, para reforzar su autoestima en el Rico Pérez. Con un planteamiento serio y atrevido -al compás de Katxorro, titular a domicilio- que daba pie a pensar no sólo en puntuar, sino en ganar, el tramo final del primer tiempo resultó fatal para los intereses del conjunto blanquiverde, que hipotecó su futuro antes del intermedio en una fase plena de desgracias. Sendos centros desde cada uno de los flancos dieron pie a los goles del Hércules, el segundo contra un rival con uno menos por la lesión de Pierini. Paco Jémez retocó el once con la entrada de Javi Moreno, pasando a defender con tres, y a raíz del 2-1 retomó el dibujo inicial. Los arreones visitantes fueron decayendo en clarividencia por el sobreesfuerzo físico y los blanquiverdes asumieron una derrota que parecía lejana a la media hora.
DEFENSA
La calidad de los volantes del Hércules decantó la balanza. En el 1-0, Ismael hizo un roto a Mario para colgar el cuero con holgura, y la acumulación de hombres en el área acabó en el tanto de Bechan, sin vigilancia en el segundo palo. El 2-0 vino precedido de un córner, por lo que de nuevo había mucho tráfico cerca de un Julio Iglesias que no genera demasiada confianza. Otro centro terminó en las mallas, esta vez con la mediación de Diego Jaume. Otro central, Pierini, estaba siendo atendido en la banda en esos momentos. Nunca se sabrá lo que habría ocurrido si el italiano hubiera estado dentro del rectángulo, colaborando en el afán por repeler el peligro.
Con ese marcador adverso, evidentemente tocaba sufrir. Había que quemar las naves y, en esa coyuntura, el Hércules tenía una oportunidad de oro para rematar la faena a la contra. Sólo la falta de contundencia de Sendoa, Ismael o Ion Vélez impidió que el encuentro derivara en una goleada. Incluso el Córdoba actuó con sólo tres defensas puros desde el minuto 58, cuando salió Javi Moreno. Juanlu se desfondó al abarcar muchos metros, y en el tramo final le costó horrores asociarse con Arteaga en ataque.
ATAQUE
El Córdoba salió autoritario, con Ito firme como escoba y Katxorro dispuesto a convertirse en el dueño de la pelota. El recurso más incisivo en el primer acto fue la velocidad de Juanlu, un motor para el resto. Las irrupciones del veloz extremo malagueño descolocaban a la defensa herculana, que no sabía a qué atenerse y pasaba por contínuos apuros. Culpables de ello eran también Asen y Arthuro, socios arriba al enterrar Paco la opción de jugar con un solo delantero y un mediapunta (Arteaga fue suplente). La aportación de Cristian Álvarez no fue más allá de centros a balón parado, y no siempre con tino.
Jémez leyó la cartilla a los suyos en los vestuarios. La situación era altamente complicada. El Córdoba precisaba una marcha más para ponerse a la altura de las circunstancias. Y lo consiguió con la incorporación de su futbolista más fiable, o al menos el que más temor infunde en los adversarios. Javi Moreno materializó un gol de ariete en un saque de esquina y provocó dudas en el Hércules, simplemente jugando de espaldas a la portería y generando huecos para sus compañeros y sus llegadas desde la segunda línea. Arteaga fue el último cartucho y más de uno pensó en la igualada a partir del estilo explosivo del sevillano, pero la fatiga nubló el panorama.
VIRTUDES
Paco jugó a caballo ganador con la inclusión de Katxorro y el Córdoba se sintió protagonista en el arranque. En la segunda parte hubo amor propio, con la inestimable colaboración de Javi Moreno, en pos del empate.
TALÓN DE AQUILES
Los errores se pagan muy caros en la Liga BBVA. Bien lo sabe Jémez, precursor de la teoría de los pequeños detalles. Mario flaqueó en el primer gol y Julio Iglesias se dejó robar la cartera en el segundo. El contrario también juega, claro.
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