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Más malas sensaciones

  • El Ximénez cae con claridad en su pista ante un superior Anaitasuna

Un jugador del Ximénez es frenado en seis metros por la defensa.

Un jugador del Ximénez es frenado en seis metros por la defensa. / peralta

Malas sensaciones las que sigue transmitiendo el Ángel Ximénez-Avia a sus aficionados, que ayer vieron como el Anaitasuna se impuso con justicia y claridad en el Alcalde Miguel Salas, una victoria cimentada en un gran trabajo defensivo, desarrollado especialmente durante la primera parte, y en la rentabilidad obtenida tras aprovechar los continuos errores de un equipo pontanés tremendamente desdibujado, que naufragó en todas las facetas del juego y que, desde el arranque, se vio lastrado por un marcador adverso que le hizo ir constantemente a remolque en el electrónico.

Las cosas no pudieron empezar peor para los de Julián Ruiz, que tardaron más de seis minutos en estrenarse en el marcador. La solidez defensiva de los visitantes, que dificultaba la circulación de la primera línea local, unida a las paradas del danés Bols y a la efectividad del juego posicional de los navarros, siempre aprovechando a la perfección los desajustes defensivos de los de Puente Genil, dibujaron un apabullante 1-7 que presagiaba una tarde poco edificante para la parroquia local. El Ángel Ximénez no reaccionaba, y a pesar de las continuas rotaciones, el equipo se veía incapaz de romper la tela de araña que en forma de 6:0 había urdido Iñaki Aniz en su retaguardia. Ni las rotaciones, ni el cambio a una defensa más abierta dieron resultado a los pontanos, que veían como sus rivales administraban perfectamente la ventaja con gran comodidad. Tan sólo el acierto de Juanlu Moyano dio un mínimo consuelo a los pupilos del técnico cántabro que veía con desesperación como sus jugadores eran víctimas de sus propios errores, circunstancia que les hizo marcharse a vestuarios con un contundente 7-14 en contra.

Tras la reanudación, el encuentro fue un quiero y no puedo para los pontanenses, que pese a mejorar en la faceta ofensiva, seguían sin poder recuperar el terreno perdido, ya que Anaitasuna no bajó ni un ápice su nivel defensivo y siguió encontrando muchos espacios en una defensa local que daba enormes facilidades. Más por calidad individual que por juego colectivo, el Ximénez llegó a ponerse cinco goles abajo a nueve minutos para el final, con el 18-23, pero fue un espejismo, ya que los de Puente Genil nunca tuvieron posibilidades reales de discutirle el triunfo a un equipo navarro que ahondó en la herida abierta de un desconocido cuadro pontano con muchísimas cosas a mejorar si quiere alcanzar sus objetivos de esta temporada.

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