Ni intensidad ni precisión

Córdoba | numancia · sala de prensa

Lucas Alcaraz aboga por la mesura en la derrota como antes lo hizo en la victoria

Unzué observa el juego y el cuarto árbitro sonríe mientras Alcaraz gesticula.
Toni Cruz / Córdoba

07 de marzo 2011 - 05:02

La mesura de Lucas Alcaraz le viene estupendamente después de tardes como la de ayer. Justo una semana antes había solicitado prudencia en las valoraciones de su equipo cuando bordó el fútbol ante el Cartagena -por aquello de lo que pudiera pasar- y después de lo visto ayer con el Numancia aprovechó sus propias palabras para enfatizar la dureza de esta competición.

Comenzó su comparecencia despiezando el encuentro: "En líneas generales la primera parte equilibrada, pero nos ha hecho daño el gol hecho antes del descanso". Después, en el impás entre el comienzo de la segunda mitad y que llegara el segundo soriano, "insinuábamos con llegadas e ir a por ellos", pero luego, a partir del otro tanto de Del Pino, "nos ha faltado precisión en la circulación. Tratábamos de abrir el juego a las bandas enviándole el balón a Callejón y Sesma para que centraran".

Pero no consiguieron ni siquiera igualar. El fracaso se lo explica Alcaraz aludiendo a que "nos faltó intensidad en la primera y precisión en la segunda".

El balón parado fue determinante, desde el punto y hora que "las tres situaciones de gol del encuentro" llegaron a partir de este concepto, pero contrariamente a anteriores ocasiones esta vez les quitó más de lo que les dio.

"Los partidos se deciden por detalles", espetó el adiestrador, porque "no es que ganes porque seas muy superior. Ellos han fijado más la defensa que su juego combinativo". Y así llegó una derrota no esperada, pero que en una categoría "tan igualada" se comprende toda vez que "la moneda puede caer de tu lado o del contrario por detalles".

Hace apenas nueve días, en el mismo lugar en el que se sentaba Alcaraz se hablaba de que el Córdoba se encontraba en un momento dulce, el mejor de la temporada. Ahora, después de dos derrotas consecutivas, el ambiente en la misma sala de prensa era totalmente diferente. El entrenador concluía que "eso pasa en las semanas de tres partidos. En una semana normal, al inicio se van difuminando". Esta vorágine de sensaciones "te puede llevar muy arriba, abajo o en el medio. No nos podemos dejar llevar por la euforia cuando ganamos ni tampoco cuando perdemos por lo contrario". Así que ahora (otra vez) "hay que pasar página pronto".

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