Quién me lo iba a decir

Si al Córdoba le cuentan hace unos meses que se iba a encontrar en un escenario como el de hoy, seguramente hubiera tomado por loco al declarante. Resulta muy lucido recurrir la épica o a la magia para dotar de un aura trascendente eliminatorias como la que el equipo blanquiverde está librando ante el Espanyol, pero llegados a este punto conviene ser sensatos: el pleito no se va a decidir por designios divinos sino por cuestiones mucho más terrenales. Lo de esta noche en Cornellá El Prat son palabras mayores. Espanyol-Córdoba, vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey. Ganó en la ida el de Segunda, que no lo pareció en absoluto. Hoy sólo puede quedar uno.

Ambos acuden con problemas, pero sin tiempo ni ganas de quejarse. No merece la pena. Al menos en las vísperas, que han reflejado el talante con que ambos encaran la cita. En el entorno españolista andan entusiasmados con la marcha de su equipo, el que tiene una media de edad más joven de la máxima categoría. Ese sello se deja sentir en una efervescencia que Mauricio Pochettino, en su cuarta campaña ya en el banquillo periquito, está exprimiendo a su gusto. Es un buen equipo, con futbolistas más que competentes y alguna figura capaz de decidir en una genialidad individual. El gran problema del Espanyol está en la portería. Kiko Casilla fue expulsado en Córdoba y el club recurrió la tarjeta, aunque a primera hora de la tarde de ayer el Comité de Apelación anunció que no tomaba en cuenta la reclamación. Como Cristian Álvarez salió del campo lesionado ante el Barcelona, se abrió la puerta al proscrito Kameni. El camerunés, que lleva ocho años en la entidad, está apartado del grupo y a punto de irse. De hecho, se marchará en las próximas horas al Málaga. Por eso se cayó también de la lista. Pochettino ha reclutado a los metas del filial de Tercera: el internacional sub 19 Badía y el rumano Dinu.

A Paco Jémez se le presentó ayer un contratiempo de última hora. Gaspar Gálvez, con molestias musculares, no podrá formar parte de una lista de convocados en la que inicialmente tenía un sitio. Tena y Prieto volverán a estar juntos en el eje de la retaguardia, con el juvenil Bernardo Cruz en el banquillo. Tampoco van Charles, todavía renqueante de su lesión, ni Fernández. El uruguayo Balsas no cuenta, como tampoco el joven Afonso Taira. El portugués ha pasado de la titularidad en el ya histórico partido de El Arcángel a quedarse en casa viéndolo por televisión.

"Para seguir soñando no podemos fallar. Ven al estadio", reza el lema que el Espanyol ha lanzado para llamar a filas a todos sus seguidores. Habrá entradas a precios populares, como sucedió en El Arcángel. El Córdoba, que va destrozando récords y espantando fantasmas a machetazos de buen fútbol, comparece en Cornellá como un adversario intimidante. Paco Jémez ha marcado el reto de hacer gol. No irá a verlas venir. Pochettino se quedó impactado por lo que ocurrió hace unos días en El Arcángel. Le encantó el público y le dolió el resultado. En este segundo asunto sí puede hacer algo al respecto o, al menos, intentarlo. En el once de esta noche están los mejores hombres de los que dispone el argentino, que se ha empeñado en llevar del nuevo al histórico club barcelonés a la final de una Copa del Rey que él mismo ganó, como jugador, en Mestalla hace once años. Y no se fía del Córdoba.