En la cresta de la nueva ola

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Con sólo 23 años y un curriculum que impacta, José Antonio Santaella, nuevo técnico del Adeba, encarna la generación del baloncesto cordobés para la nueva década

José Antonio Santaella, en el Puente Romano.
José Carlos León / Córdoba

19 de septiembre 2011 - 05:02

Diplomado en Magisterio de Educación Física, Licenciado en INEF, entrenador superior a punto de terminar un máster en alto rendimiento deportivo por el COE, campeón provincial con el Adeba júnior femenino y el Maristas mini masculino, con el que después se proclamó campeón de Andalucía, segundo entrenador del Adeba sénior que logró el ascenso a la LF2… Y todo con apenas 23 años. Ése es parte del curriculum que luce José Antonio Santaella, entrenador del Adeba para la próxima temporada en Primera Femenina y uno de los estandartes de la nueva ola de técnicos cordobeses que pretende escribir un futuro mejor para nuestro herido baloncesto.

Sus éxitos de la pasada temporada hicieron que incluso la FAB le otorgara una mención especial al ganar dos títulos provinciales en clubes, categorías y sexos distintos, además de lograr para Córdoba un cetro andaluz que no se conseguía desde hace 18 años. "Sé que fue una decisión arriesgada y poco frecuente, pero los dos clubes me hicieron sentir muy cómodo y creyeron en mi trabajo", dice José Antonio con una madurez que no se refleja en el DNI. "Fue una iniciativa mía, porque quiero acumular el mayor número posible experiencias. Además, me considero ante todo entrenador de baloncesto, sin marcar diferencias entre sexos", apunta un miembro de la hornada que forman Manuel Jiménez Júnior, Falete Funes, Paco Zafra o Pedro Calles, entre otros.

De hecho, José Antonio ha terminado el Curso de Entrenador Superior en Zaragoza, donde era uno de los alumnos más jóvenes. ¿Secretos? No hay. "Hecho muchas horas a la semana en el baloncesto, tanto dentro como fuera de la pista. Intento exigir mucho al grupo, pero para eso me lo tengo que exigir antes a mí", reconoce Santaella, "lo máximo para que nunca podamos pensar que fallamos por culpa nuestra".

Esa mentalidad casi enfermiza por el trabajo, esa precocidad y esas ideas tan claras hacen que su caso sea casi instintivamente vinculado al de Rafa Sanz, el hombre que con 23 años debutó en el banquillo del Cajasur en la LEB, una categoría en la que todavía hoy es el técnico con más encuentros dirigidos. Sanz fue un niño prodigio que se forjó en la cantera de Salesianos y que antes de saltar al profesionalismo se curtió en el Montilla, entonces en Primera Nacional. Los pasos son similares a los de Santaella, y el propio José Antonio no oculta que "para mí, Rafa es una referencia en todos los sentidos siendo cordobés, pero no me puedo comparar con él en absoluto". "La mayor semejanza actual es que los dos amamos este deporte y damos todo lo que tenemos en lo que hacemos", dice a la hora de encontrar puntos en común un hombre que prefiere pensar "en todo lo que me queda por aprender para que llegue el día que pueda compararme con Rafa. Sería un éxito en mi vida".

Porque a José Antonio, como a tantos otros, le está llegando el momento de plantearse en serio una carrera profesional en los banquillos, aunque dada su amplia formación, él prefiere abrir las puertas "al rendimiento deportivo" en su mayor extensión. "Quiero seguir aprendiendo de este deporte. Si algún día puedo dedicarme profesionalmente será una satisfacción poder vivir de lo que más me gusta", apunta antes de afrontar su reto de dirigir al Adeba en una complicada temporada para el club de El Naranjo, después del duro golpe recibido al no poder hacer efectivo en los despachos el ascenso deportivo a la LF2.

Y es que ahí radica uno de los grandes problemas. En Córdoba coinciden generaciones de jugadores y entrenadores con buenos resultados con una crisis económica que amenaza con llevarse por delante al baloncesto de la provincia. "No estamos en un buen momento, pero no debemos ver las cosas desde la perspectiva del pesimismo", dice José Antonio, quien apuesta por "más unión entre las personas que nos dedicamos al baloncesto en Córdoba". "No es que antes se hicieran las cosas bien y ahora no, pero las facilidades económicas no son las mismas", apunta el joven entrenador animando a ver el futuro "desde un prisma más optimista, disfrutando de lo que tenemos y haciendo las cosas lo mejor que podamos". "Sólo hay que poner el ejemplo del Adeba. El hecho de que no se haya podido culminar el ascenso por aspectos económicos no dice que las cosas se hayan hecho mal. Lo que nos queda es dar el máximo y que nunca nos puedan decir que si no conseguimos nuestros objetivos fue por nuestra culpa", dice José Antonio Santaella, un chico de 23 años dispuesto, como tantos otros, a cambiar el presente y el futuro del baloncesto en Córdoba.

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