El Córdoba Patrimonio de la Humanidad encara una semana clave para su futuro en la Primera División de fútbol sala. El conjunto blanquiverde, que acumula seis jornadas sin ganar, recibe este martes a un rival directísimo por la permanencia como el Pescados Rubén Burela (Vista Alegre, 21:00), actualmente colista de la clasificación con dos puntos menos que la escuadra de Macario. Por si fuera poco, el sábado espera el otro equipo en descenso, el Industrias Santa Coloma, en tierras catalanas.

Después de sumar sólo dos puntos de los últimos 18 en juego y caer eliminado en la Copa del Rey por el Mengíbar, el cuadro cordobesista necesita reaccionar de inmediato para no ver comprometida su situación en la tabla. Porque a pesar de seguir en el puesto 12 de la clasificación, esta serie ha reducido a sólo un punto el margen con la zona de descenso, que marca precisamente el Santa Coloma, por lo que cualquier tropiezo puede ser una complicación añadida.

Tras hacer un llamamiento a la afición para poblar Vista Alegre ante un partido, quizás con menos tirón pero mucho más importante para el futuro de la entidad que los vividos antes los grandes de la categoría, el Córdoba Patrimonio tiene que poner fin cuanto antes a mes y medio sin triunfos. Y para eso no puede repetir errores pasados ante un enemigo que contaba sus salidas por derrota... hasta que llegó a Tudela hace diez días para batir al Ribera Navarra.

Con Pope, Álex Diz, el brasileño Everton y el veterano Matamoros como mejores estiletes, el Burela se presentará en Córdoba con la idea de mantener su inmaculada serie ante los blanquiverdes, a los que batieron en los cuatro partidos acumulados en las dos últimas campañas en Segunda División, con un 1-3 y un 1-8 a su paso por el coliseo de Ciudad Jardín.

Pero el equipo de Macario tiene que hacerse fuerte en su feudo, donde además del Inter, ElPozo y el Barcelona, nadie ha ganado; sólo puntuó el Ribera Navarra en el último duelo, mientras que cayeron Osasuna Magna y O Parrulo. El técnico se guarda la convocatoria, con la idea de mantener enchufados a todos sus jugadores de cara a un encuentro vital que puede marcar el desarrollo más inmediato de la temporada, que hasta el momento va por el camino correcto.