El caso del furioso Wakaso
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El mediocentro ghanés del Elche es el jugador que más tarjetas por minuto suma en la Liga Adelante · Contra el Xerez salió en el 57' y en el 88' vio su segunda amarilla
Wakaso Mubarak tiene 18 años (aunque haya quien dude, por su físico, de que ésa sea su verdadera edad). Es un futbolista ghanés menudo y fuerte (165 centímetros y 69 kilos) que se gana la vida como mediocentro en el Elche, próximo rival del Córdoba. Fue fichado del Ashanti Gold el pasado verano con un contrato de cinco años, por los que cobra a razón de 60.000 euros la temporada. Llegó de su país como una joven promesa y ya ha sido internacional absoluto en dos ocasiones y ha jugado los últimos Mundiales en las categorías sub 17 y sub 20.
Hasta aquí el perfil normal de cualquier futbolista. Wakaso, sin embargo, no lo está teniendo nada fácil desde que se incorporó a la disciplina del Elche. Su exceso de celo en los escasos minutos que le han concedido tanto David Vidal como Claudio Barragán va camino de convertirse en un récord en forma de tarjetas.
El mediocentro se marchó a su país a finales de septiembre para participar en la eliminatoria a doble partido para el Mundial sub 20 que su selección debía disputar contra Gambia el 28 de ese mes y el 12 de octubre. Tras la celebración del primer partido regresó para participar a las órdenes de David Vidal en el duelo en La Condomina ante el Murcia del 5 de octubre. Fue expulsado, y al día siguiente retornó a su país. Un mes y medio se quedó tirado en Ghana porque su padre murió y le terminó caducando el visado de turista. Después de unas arduas negociaciones, el club levantino consiguió traerlo de vuelta a España, ya junto a su mujer (aprovechó ese tiempo de asueto para casarse) y su hijo Joseph.
Parecía que, a partir de ese momento, iba a poder por fin demostrar sus condiciones, una vez estabilizado en Elche. De hecho, explicó que estaba "a punto de verse al mejor Wakaso. Quiero que me den una oportunidad para jugar y demostrar quién soy en el campo".
Pero entonces reapareció el gran problema del ghanés: su ímpetu. Porque, jugando de mediocentro recuperador suplente, acumula la impresionante cantidad de siete tarjetas amarillas y tres rojas (una por doble amonestación) en... ¡428 minutos! Es decir, el número 12 del Elche es expulsado cada 142 minutos de juego. Cada partido y medio.
El jugador africano ha terminado antes de tiempo los encuentros ante el Tenerife (tercera jornada), el Murcia (sexta jornada) y el Xerez, el pasado domingo. Únicamente ha sido titular cuatro veces, sobre un total de 14 partidos.
El Martínez Valero ha empezado a acostumbrarse a los deslices del pivote. Así, los aficionados han adoptado la costumbre de jalearle e incitarle a la lucha cuando va a saltar al césped. Contra el Xerez apenas aguantó su furor durante 31 minutos: salió en el 57' y vio la segunda amarilla en el 88'. Claudio Barragán, su principal valedor y a quien Wakaso considera su padre deportivo, lo explicó así: "No entiendo lo que le pasa a Waka. No es la primera vez que lo hace. Le hemos dado una serie de órdenes, luego se ha visto jaleado por el público cuando ha saltado al campo y ha hecho lo que le ha dado la gana".
No estará en El Arcángel por su furia desatada. "Tengo mucho que aprender", admite. Su temporada en el Elche está siendo decepcionante por su desmedida producción de adrenalina. Quizás un viejo conocido de la afición cordobesista, Acciari, pueda darle clases de cómo pegar sin que se note demasiado -eso sí, el argentino marca su territorio: 14 amarillas-. Mientras, Mubarak sigue sintiendo el fracaso de Wakaso.
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