Los calentones de Lucas

Lucas Alcaraz es de esos entrenadores que pocas veces se muerde la lengua. Dice lo que quiere decir y cómo lo quiere decir. Casi siempre de forma directa, aunque midiendo bien que sus palabras no puedan tener consecuencias inesperadas. Si se huele algo raro, tira de ironía. Pero lo deja caer para todo aquel que sepa leer entre líneas. Ayer le tocó al estamento arbitral. No es la primera vez, si bien esta vez sus ataques fueron dirigidos a los verdaderos jefes, a los que manejan el cotarro. Por una vez dejó de lado a los colegiados y eso que, tras la actuación de Lesma López el pasado fin de semana en El Alcoraz de Huesca (2-1) -el madrileño perdonó la expulsión a Corona con 0-0 en el marcador y dio validez al 1-0 de Tariq obviando una falta previa de Luis Helguera al meta Alberto García-, tenía motivos más que sobrados para cargar contra los jueces. Hubiera sido toda una provocación, pues mañana llega Munuera Martínez, el árbitro más anticasero de la categoría. Mejor dejarlo tranquilo, por lo que pudiera pasar.

Alcaraz, fiel a su estilo, lanzó un piropo al estamento antes de cargar sus tintas sobre él. "Yo creo que todos árbitros de Segunda División están perfectamente capacitados para pitar en Segunda División", apuntó el preparador cordobesista antes de disparar hacia el Comité Técnico de Árbitros: "Yo creo que las designaciones deberían valorarse por sorteo, para mí el sistema más equitativo posible, porque si te toca el que peor balance tiene con el visitante fuera de casa y en casa te toca el que peor balance tiene con el local, pues... Si es por designación subjetiva de una persona... pero si es por suerte, pues el que te toca te ha tocado porque todos están igual de capacitados".

"En ese sentido, está claro que no estamos teniendo suerte. No estamos hablando de un árbitro en concreto ni del arbitraje de Huesca, aunque da para hablar mucho. Estamos hablando que cuando las designaciones son subjetivas y las hacen unas personas, pues distinguen las capacitaciones de unos y otros", continuó el granadino, al que alguien en el club debería hacerle llegar los informes de todos los partidos de la temporada para que comprobara que el CCF no es, precisamente, el equipo que más deba quejarse de los arbitrajes. Es más, en muchas fases del campeonato, los colegiados han sido los mejores aliados del cordobesismo porque, como suelen admitir casi todos los actores de este deporte, "al final los árbitros te dan y te quitan por igual a lo largo de la campaña".

Aprovechando la calentura que le provocan los árbitros, Lucas pasó a los sudores de las altas temperaturas que ya azotan la ciudad y que, como primera medida, invitaron al técnico a cambiar el horario habitual del entrenamiento del jueves. El equipo se ejercitó a las 17:00, en lugar de hacerlo por la mañana, con el fin de que los jugadores fueran aclimatándose al sofoco que les espera mañana, cuando el termómetro volverá a rondar los 30 grados: "Hace dos semanas había dieciocho o veinte grados y ahora va a haber treinta y tantos. Quieras o no, al primer partido es difícil acostumbrarte, pero si durante la semana pones una situación similar, a lo mejor minimizas más los efectos del calor".

La subida de temperatura, que podría favorecer al CCF por ser algo más común por estos lares que por Madrid, puede ser en este caso un enemigo por el alto ritmo que los blanquiverdes están tratando de imponer en sus últimas citas en casa. ¿Afectará mañana? Lucas no las tiene todas consigo y recuerda que "hay partidos en los que la intensidad no se encuentra no por falta de voluntad, sino porque realmente no le has hincado bien el diente al partido. Por eso digo que para mí este partido es muy complicado. Los primeros partidos con calor siempre hacen mella, pero no tenemos que pensar en eso, sino en llevar el partido al sitio en que a nosotros nos va. Que seamos capaces o no...".