Del ascenso gracias a Rafa al certero puño de un linier

Con ocasión del último Córdoba-Granada, que se jugó el sábado 10 de marzo de 2007, José Mingorance -zamorano que fuera jugador de ambos equipos durante los 60- contó una anécdota singular. En la 61-62, Granada, Málaga y Córdoba se estaban rifando el primer puesto del grupo Sur de Segunda y Mingorance formaba entonces en el eje de la defensa rojiblanca. El ascenso a Primera dependía de un encuentro en El Arcángel a cuatro jornadas del final. Recordaba el mítico central que en su equipo competía Rafa, un delantero goleador que había coincidido con Heriberto Herrera -que era el técnico nazarí- como compañero en el Atlético de Madrid. Rafa siempre salía en el once inicial, pero aquella tarde cuando dio el listado de titulares Herrera se olvidó de él: "Van a jugar Mesa, Torres, Mingorance, tal, tal... Y no estaba Rafa. Puso a Vílchez, más batallador pero que jugaba atrás, en el centro del campo". El partido acabó 1-0 para los blanquiverdes y el gol de la derrota rojiblanca lo marcó Simonet, el defensa que tendría que haberse ocupado de Rafa. Mingorance, evocando, contaba: "Dijeron que si llega a estar Rafa..., que por qué no lo había puesto. La verdad es que perdimos porque nos metieron un gol y nosotros no fuimos capaces".

Al final de aquella temporada que nunca será olvidada, el Córdoba acabó subiendo a Primera y Mingorance también, porque fue fichado para que vistiera de blanquiverde durante tres años, llegando a ser internacional absoluto defendiendo esos colores.

Eran otros tiempos y otras miras para dos instituciones que añoran la gloria de la elite. En Primera se encontraron, de hecho, tres años en aquellos 60 gloriosos. En El Arcángel nunca vencieron los rojiblancos, siendo su mayor botín dos empates. El 2-2 de la 66-67 tuvo miga. La crónica del Mundo Deportivo sobre aquel encuentro del 19 de marzo del 67 enfatiza que "a los cinco minutos de juego, un espectador que, según manifestó un directivo del Córdoba es del Granada, saltó al campo y agredió al árbitro, señor Gardeazábal, acudiendo en su auxilio un juez de línea que dejó prácticamente k.o. al espectador". Después de reanudado el choque y los goles los colaron Riera y Juanín, para los locales, y Eloy y Miguel, para los visitantes.

El Granada bajó esa temporada a Segunda y volvió a subir a la siguiente, así que se encontraron de nuevo en la última jornada de la 68-69, que supuso la despedida provisional de El Arcángel de Primera (el equipo era colista y ya estaba descendido a esas alturas). A pesar de la mala situación -eran otros tiempos- se registró un llenazo en el campo del Arenal. Con un futbolista menos porque Prieto se lesionó (entonces no se concebían los cambios) el resultado final fue 1-1. Marcó Luis Costa para los locales y Vicente lo hizo para los visitantes. El árbitro, señor David (no hay más datos sobre él), se comió un claro penalti sobre Rafael Jaén en el último minuto. Un público indignado llenó el césped del estadio de almohadillas como protesta.

El último de los tres duelos entre ambos en Córdoba como equipos de Primera tuvo lugar el 16 de enero de 1972. Otra vez eran colistas los blanquiverdes, pero esta vez vencieron sobre un terreno de juego embarrado merced a los tantos de Causanilles (que reaparecía tras una lesión) y Cuesta. En el centro del campo cordobesista corrió aquella tarde el bigotudo Vicente del Bosque y, según las crónicas, el señor Tomeu, árbitro, tuvo una actuación "mala en general".

A partir de ese momento, lo más cerca que se han encontrado Córdoba y Granada en partido oficial en El Arcángel ha sido en la división de plata y de aquella última confrontación distan ya 33 años. Fue el 7 de mayo de 1978. El 1-1 final terminó de certificar el descenso de los blanquiverdes a Segunda B. Marcaron Mansilla y José Luis.

Desde entonces, estos dos conjuntos con tanta historia han padecido demasiado tiempo el castigo de la tercera categoría. Trece veces en tres décadas han jugado en Córdoba. Siempre ambos como gallitos del grupo sureño y siempre deparando encuentros vibrantes.

De hecho, hasta el recordado ascenso blanquiverde de Cartagena del 30 de junio del 99 se registraron diez enfrentamientos consecutivos que tuvieron dos extremos en lo que a resultados se refiere (el 5-1 de la 92-93 y el 0-3 de la 96-97).

El último envite entre ambos supuso la decimosegunda victoria consecutiva como local de aquel conjunto de Pepe Escalante que terminó subiendo en Huesca. Curiosamente, el único de los once de entonces (y sólo han pasado cuatro años) que sigue en Córdoba es el autor de los goles que decidieron la suerte del choque. David Pérez Arteaga metió el primero en el 26' tras una pared con Asen y el segundo en el 33' a pase de Javi Moreno. Aquel Granada, que presidía la familia Sanz, acababa de regresar de Tercera División, donde tocó fondo durante cuatro años infernales, y su potencial -a pesar de contar con algunos peloteros de la talla de Bordi, Joyce Moreno o Vicente- no le permitía soñar con el ascenso.

Ahora Córdoba y Granada se encuentran en una situación análoga y diferente al mismo tiempo. Los que serán visitantes también llegan desde una categoría inferior, pero se encuentran por encima.