Vale su peso en plata (1-1)
Córdoba-betis
El CCF da la cara y el todopoderoso líder especula después de los tempraneros goles de Charles y Jorge Molina. Unos mantienen a raya al Salamanca y otros ya rozan el ascenso.
El Córdoba frustró la quinta victoria consecutiva del Betis y de paso la posibilidad de que el líder remate el ascenso en el Villamarín este miércoles en una mañana agitada, con goles de Charles y Jorge Molina en los diez primeros minutos. El cacique de Segunda controló el panorama, al tiempo que el conjunto de Lucas Alcaraz, escaso de gasolina en los estertores de una campaña que se le está haciendo muy larga, firmó unas tablas que le permiten afrontar las cinco últimas jornadas con otros tantos puntos de ventaja y el goal average particular ganado al Salamanca, cuarto por la cola pero redivivo con un pleno de tres triunfos. Hay que seguir, con el corazón en la boca, porque lucir en el escaparate profesional es crucial en los tiempos que corren.
Se ha convertido en una costumbre ver a Charles calentar al margen del resto. Al límite muscularmente, el brasileño tiende a explotar su energía en los primeros tiempos. En Huelva fueron tres minutos y ayer apenas tardó dos en inaugurar el marcador, embocando a la segunda una estupenda asistencia de David de Coz. El Córdoba se percató del filón que suponía Isidoro jugando a pie cambiado por las bajas de Nacho y Fernando Vega e insistió por la derecha, gozando de una nueva ocasión clara a través de su pichichi a renglón seguido.
El Betis, con ciertas dudas en la salida del balón desde atrás, se levantó como lo que es. Un grande de la categoría. El más grande. Ni siquiera un inexistente fuera de juego de Rubén Castro con Jorge Molina listo para marcar a puerta vacía frenó al bando sevillano, que igualó pronto (9'): Molina cabeceó desde cerca una falta colgada por Beñat con la venia de Tena y Alberto García. Gran toque y remate letal.
La nutrida afición visitante se encendió. Y encendió una bengala. Saltaron los aspersores y con el partido detenido se comprobó la vehemencia de Pepe Mel, quien se introdujo en el campo para corregir a Jonathan Pereira. Juanma se cambió de banda para crear problemas por la izquierda (parada apurada de Alberto García y pase de la muerte que Jorge Molina desperdició con el control), al tiempo que Juanmi Callejón acaparó las llegadas locales por un carril apetitoso. Isidoro no se enteraba y Richy abusó de él con un pelotazo a su espalda, pero Oriol Riera no atinó en carrera tras el pase de Charles.
Ontanaya López tenía faena en un encuentro con mucho que pitar con mano izquierda. El CCF reclamó sendos penaltis por una caída de Charles y unas supuestas manos de Jorge Molina sin que el juez diera el paso. Entonces aparecieron los inconvenientes físicos: los dos laterales diestros, Miguel Lopes y David de Coz, tuvieron que ser atendidos. El primer sustituido, sin embargo, fue el cordobés Dorado, que dejó su plaza a Belenguer en el 34'. Y cuatro minutos después, la zaga verdiblanca también perdió a Lopes, por lo que Juanma retrasó su posición con la entrada de Ezequiel. Con el portugués tendido en el suelo antes de marcharse, Oriol no aprovechó un envío de Camille a la zona desguarnecida.
Iriney y Beñat tocaban mucho, pero no imprimían profundidad. Al Córdoba, lejos de los dominios de Casto, le negaron una oportunidad de oro por un ajustado fuera de juego de Callejón. Otra vez la laguna de Isidoro en una defensa cogida con alfileres. Las incidencias de un primer periodo muy movido provocaron cuatro minutos de descuento, aunque no pasó nada porque los de casa -asfixiados con el calor- no podían y los de fuera -sobrados- no querían. Los de casa y los de fuera, o viceversa.
De la caseta regresaron los mismos, aunque el Betis ya había quemado dos de sus tres cartuchos alternativos. Frente a los sustos de Rubén Castro en el área, Usero opuso un lanzamiento lejano y desviado. El combinado hispalense tenía el control y más mordiente, con Ezequiel y Jonathan Pereira incisivos por los costados, y Alcaraz buscó algo distinto en ataque con Pepe Díaz y Javi Flores, que suplieron a Oriol Riera y Juanmi Callejón respectivamente. Con Agus, Gerardo y Fernández disponibles, ya la única bala en la recámara era Dañobeitia. Sí, Dañobeitia.
Roversio y Belenguer se pasaban la bola en horizontal y el Córdoba acosaba a los centrales con reservas, consciente de que a estas alturas de la temporada las fuerzas brillan por su ausencia. Avanzaba el cronómetro sin sobresaltos para Alberto García ni Casto, sobre todo en el caso del segundo. Porque el Betis al menos lo intentaba. Rubén Castro pudo marcar en el 68' en un córner donde Beñat volvió a tirar de efecto, pero el testarazo se le fue alto, y en el 70' trató de engañar al colegiado en un piscinazo en el área ante el cruce de Richy.
Los cambios no habían reactivado las ofensivas blanquiverdes, muy planas. Flores ofreció una novedad con una apertura hacia Camille y Casto terminó blocando un chut seco y centrado de Usero. Luego, el de Fátima voleó un servicio pasado de Pepe Díaz. Los últimos coletazos de un bloque metido atrás, dando por bueno el empate ante el probable campeón de Segunda, debían correr a cargo de Dañobeitia. Sí, Dañobeitia.
Ontanaya abortó un desmarque de Pepe próximo al banderín al entender que Javi sacó de banda unos metros más adelante. Lucas reía por no llorar. Hubo pitos en la morbosa salida de Salva Sevilla, berridos ante los últimos arreones del CCF y sentimientos encontrados en las dos últimas ocasiones del choque: Jorge Molina, solo ante Alberto García, tocó por encima del larguero tras un zapatazo de Iriney que salió rebotado, y Sevilla se plantó casi en el área pequeña pero sin hueco para ejecutar el disparo. Camille y Dañobeitia se arrojaron al césped con un ardor jaleado para neutralizar el contragolpe postrero y atrapar el punto; quién sabe el valor que tendrá el 5 de junio.
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