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"Sevilla, Barça, Madrid, el Córdoba está aquí"

  • La plaza de Las Tendillas se convierte en el epicentro de la celebración de la victoria por los aficionados cordobesistas

Hay tantos adjetivos como sensaciones vividas en el mundo futbolístico que ayer abrió una nueva página de la historia local. El Córdoba ya está en Primera División tras su victoria fuera de la Península y frente a Las Palmas. Han pasado cuatro décadas, un tiempo excesivo para los aficionados que ayer se echaron a la calle para vivir en primera persona el regreso al primer nivel del fútbol español.

Ningún aficionado cordobesista podría llegar a imaginar que el ascenso a la gloria iba a ser una realidad a tan sólo un minuto de que el árbitro pitara el final del partido, en un ambiente de auténtica locura. Pero así fue. Y fue en ese momento cuando la afición, que durante todo el partido contuvo la respiración, pudo expresar lo que siente por los colores de su equipo.

Los seguidores salieron de sus casas o de los bares donde habían visto el partido para dirigirse al que se convirtió el epicentro de la gran celebración blanquiverde: la plaza de Las Tendillas. En la calle Cruz Conde, Góngora o Gondomar comenzaban a verse los primeros grupos de aficionados, que en cuestión de minutos se convirtieron en una auténtica oleada de personas de todas las edades. Los padres se dirigían a Las Tendillas con sus hijos pequeños cogidos de las manos o subidos a sus hombros para que vieran bien lo que consiguió hacer su equipo. Porque el sentimiento cordobesista pasa de generación en generación, se hereda, se siente, se vive. Y si los pequeños presenciaban incrédulos el histórico momento, más emocionante era ver como los más mayores, aquellos que ya vieron al Córdoba en Primera División hace 42 años, se dirigían a Las Tendillas sin poder reprimir sus sentimientos. "Hoy se puede comprobar de verdad lo que esta ciudad siente por su equipo y ahora debemos estar a la altura", decía Manuel Rodríguez, un cordobés de 70 años mientras llevaba a su nieto cogido de la mano.

Los más jóvenes prefirieron celebrar el ascenso sumidos en un ambiente de auténtica alegría y con vítores pegadizos como "illa, illa, illa, que voten las Tendillas", o "Sevilla, Barça, Madrid, el Córdoba está aquí". Porque ayer lo que menos se tenía era miedo por el ascenso a Primera División que traerá a Córdoba a los grandes equipos de la Liga Española. Otros, sin embargo, prefirieron darle un poco de humor al momento cantando canciones con doble sentido como "ay que pena me da que se me ha muerto el canario".

La fuente de la céntrica plaza se encontraba vallada para que los seguidores del Córdoba no se zambulleran en ella. Pero esto no evitó que en cuestión de minutos la estatua al Gran Capitán mostrase con orgullo los colores blanquiverdes, con una bufanda y una bandera blanquiverde. Los aficionados se subían a los bancos, a las vallas de publicidad o, incluso, al techo del punto de información turística para vibrar y dejar inmortalizado con sus cámaras fotográficas un momento único, que quizás nunca más vuelvan a presenciar.

Lo que es seguro es que no se volverá a repetir, como bien decían los aficionados en todos los corros que se formaban en una plaza de Las Tendillas en la que no cabía ni un alma más, es un partido de ascenso como el de ayer. En el que la victoria llevó a toda una ciudad a volver a sentir la ilusión, la unión y los sentimientos que sólo afloran gracias al fútbol.

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