Pierini frustró la redención de Iker Begoña con el quinto
Se llama Alessandro Pierini y suma cinco tantos en esta Liga. No es delantero, ni mucho menos: es el jefe de la zaga del Córdoba y el defensa más goleador de Segunda. Autor de sendas dianas en los dos últimos partidos gracias a su gran especialidad, el remate con la testa (con acento italiano suena mejor), el capitán blanquiverde frustró el pasado sábado la sed de venganza de Iker Begoña.
José González firmó su última victoria como entrenador blanquiverde en el Córdoba-Albacete de la primera vuelta, resuelto de una manera inverosímil: 1-0 sin tirar entre los tres palos. La culpa la tuvo Begoña, que batió a Jonathan al desviar hacia su propia portería un centro desde la línea de fondo de Rubén.
En el Carlos Belmonte, José ya no estaba en el banquillo. Tampoco Luna Eslava, sancionado. El de Fernán Núñez asistió desde la grada a un limpio cabezazo de Iker a la salida de un córner. Esta vez, la víctima fue Raúl Navas.
El 1-0 tuvo su origen en un centro de Jaime, el canterano del Albacete que se ha asegurado su futuro al rubricar un contrato de cinco años con el Udinese. Precisamente el equipo desde el que Pierini dio el salto a España, fichando por el Racing en 2004. En Santander sólo duró tres meses.
El toscano dio otro salto, providencial, en el Belmonte. Alcanzado el ecuador del segundo periodo (minuto 68), con el Alba intentando llevar el choque a su terreno, el Tano se elevó en el corazón del área para peinar una falta lateral lanzada por Katxorro. La sutileza del vasco y la envergadura del transalpino se conjugaron para dar al Córdoba un punto de un valor incalculable.
El repóquer de Pierini está basado en el juego aéreo: amén del Albacete, esta campaña ha batido al Huesca, la Real Sociedad y el Alicante, siempre con Cristian Álvarez como asistente. Ante el Castellón inició la remontada al aprovechar un remate al palo de Yordi.
Pierini y Yordi, el central y el ariete, llevan cinco goles -Asen, ocho-. Sólo uno de ellos es capaz, el mismo día, de marcar y minimizar el peligro de Diego Costa, Toché o Jonathan Soriano. En cualquier vestuario, sólo uno porta el brazalete.
No hay comentarios