Ya no es cuestión de levantarse una semana después, sino hoy mismo. El Córdoba visita al Tenerife en la segunda ronda de la Copa del Rey, la primera para equipos de Segunda, apenas tres días después de caer estrepitosamente (0-3) ante el Hércules en la puesta de largo en la Liga. Ese resultado ha resquebrajado las bases del proyecto a los ojos de miles de aficionados esperanzados en que, por qué no, ésta podía ser una temporada tranquila. El partido de esta noche es como el dinero: no da la felicidad, pero puede ayudar a conseguirla.

La Copa es un torneo distinto. Un conglomerado de sueños para los modestos, una vía de escape para los conjuntos de segunda fila, un engorro para los gallitos de Primera. Es todo eso y mucho más. Es una competición que no perdona, sobre todo en estas primeras eliminatorias a partido único. El que pierda en el Heliodoro Rodríguez López, ya sea después de 90 minutos, de la prórroga o de la tanda de penaltis -en los dos últimos casos estaríamos hablando de un encuentro que comenzó el miércoles y terminó el jueves- se va a la calle. Sin más.

La expedición blanquiverde desplazada a Santa Cruz se encontró a última hora de la tarde de ayer con un calor más suave, ese rico clima canario. Es el único aspecto positivo de un cruce que ha escocido en el seno del club y en el vestuario: alto coste económico y un trayecto de aúpa. Sobre todo, reseñando que este mismo fin de semana hay una nueva cita en el otro polo de España: en Vitoria, contra el Alavés.

Entonces viajarán 18 jugadores. Ayer, José González realizó una criba de 16, la cifra que exige la Federación: once en el césped y cinco en el banquillo. Todos los técnicos que analizan la Copa en la víspera hablan de un reto bonito, de otra dimensión para competir, de una oportunidad para los menos habituales. Habrá minutos para los menos habituales, claro, sobre todo los que no participaron contra el Hércules. No hablamos, claro está, de Aurelio, lesionado desde enero. Ni de Yordi, a quien una rotura fibrilar tendrá al menos un mes de baja.

El choque de hoy es el de la reivindicación de David Valle, Pablo Ruiz, Ceballos, Cristian Álvarez, Ito, Katxorro, José Vega o Pepe Díaz. Y una maravillosa ocasión para Pedro, el canterano que acudió a la concentración en Costa Ballena -al igual que José Mari y Villarejo- y se ha ganado un puesto entre los seleccionados para jugar entre semana. El delantero de Villafranca abrió el curso 08-09 con un gol al Pozoblanco y toca veladamente a la puerta, a ver si alguien le oye. Parece que José está por la labor de hacerle un hueco en sus esquemas, aunque sea por culpa del percance de Yordi o la conveniencia de dar descanso a Asen. Por fin, el madrileño faltará a un partido, algo insólito en toda la campaña anterior. El mediapunta no ha llegado y hay que tenerle fresco, con ideas. Tampoco ha viajado Arteaga, pero sí Gastón Casas: el argentino debe afinar el punto de mira cuanto antes.

Enfrente estará el Tenerife, otro teórico favorito en la Liga Adelante. Y jugará en casa, reanimado por la remontada (3-2) ante el Nàstic en la primera jornada liguera. Hoy, de todas formas, es otra historia. Es la Copa. Salud.