Mauri Castillo, con orgullo y sin oposición

Dejó su sello ganador de forma incontestable. Venía predispuesto a ganar y no dejó ni el más mínimo resquicio a la duda. Mauricio del Castillo cerró el año sentando en la San Silvestre a todo un plantel de atletas de calidad para imponerse con mucho temple, de la manera que quiso y cuando le dio la gana. El atleta cubano, resentido por unas acusaciones infundadas que le impidieron correr en Hornachuelos, demostró su talante competitivo y confirmó que dará mucho que hablar por la facilidad con la que corre en pruebas por debajo del 10.000. En féminas, la victoria fue una sorpresa: la favorita, Raquel López, fue superada por su compañera de equipo Esther Hidalgo.

Hubo mucho colorido y mucha fiesta desde primeras horas de la tarde en el barrio de Figueroa para ver una carrera con esencia popular, pero cada vez con más competidores de renombre. Hubo más de 1.400 corredores, aunque un millar cruzaron finalmente la línea de meta. Muchos optaron por la vertiente lúdica y se quedaron en el pasacalles, uno de los sellos de identidad de esta prueba clásica del fin de año atlético local.

La prueba reina comenzó con más de diez favoritos en la fila cero. Tras la explosión de serpentinas y confettis, el grupo de candidatos se fue directo a por la meta volante. Mauricio del Castillo lanzó un órdago al resto y como atleta especialista en 800 metros, completó la primera vuelta de reloj como favorito ganando la volante y sacando más de treinta metros al segundo, Jorge Raso. Detrás pasaron Brahim Boualla, Zaid Ait, Jesús Brenes, David Palacios y otros buenísimos atletas.

Sin embargo, unos metros después de ganar la volante, Mauri se dejó engullir por el grupo de perseguidores. En el segundo paso por meta, los aficionados, boquiabiertos, vieron pasar un grupo compacto en el que el favorito ya no era nadie. Pero Mauricio, en el kilómetro ocho, comenzó a tirar de nuevo y en menos de quinientos metros sus rivales vieron sus esperanzas en un pozo, ya que el cubano tiró y tiró hasta llegar a la última recta, donde puso la directa y con unos treinta metros de ventaja se impuso con claridad sus rivales. El cubano ganó con un registro de 26.49, seguido a cuatro segundos del sevillano Jesús Brenes. Once segundos después entró el joven Ángel Ruiz, con 26.58. En este tiempo también llegó el primer atleta en silla de ruedas, que fue José Antonio Ballesteros. "Salí a por todas, quería ganar todo y no di opciones, ellos sabían que venía a por todas", declaró tras la carrera el cubano, quien tuvo el deportivo detalle de esperar a sus compañeros en la meta para darles un abrazo.

La prueba femenina fue menos traumática en la cabeza, ya que desde el primer momento se vio a la figura de la atleta del Nerja Esther Hidalgo. A pesar de se daba como favorita a su compañera Raquel, saltó como una gacela y realizó todo el recorrido con una cierta ventaja sobre sus rivales. En la segunda plaza siempre estuvo la veterana María Belmonte, mientras la tercera estuvo muy disputada por Loli Jiménez, aunque finalmente fue Raquel López la que se la adjudicó. La ganadora Esther Hidalgo firmó un registro de 30.14, seguida de María Belmonte con 31.28. Raquel López fue tercera con 32.07. Loli Jiménez fue la primera cordobesa.