Manolo, con fabes y sidrina

El consejo del Sporting ratifica en el cargo al técnico... hasta el domingo

C. L. / Córdoba

02 de octubre 2012 - 05:02

La soga aprieta, pero todavía no ahoga. Manolo Sánchez Murias salvó ayer un nuevo match ball y el domingo se sentará de nuevo en el banquillo de El Molinón. El consejo de administración del Sporting de Gijón ratificó en el cargo al técnico tras la derrota sufrida el sábado en Gerona pese a que el equipo sigue anclado en puestos de descenso. A pesar de ser uno de los favoritos para recuperar su plaza en Primera, el cuadro asturiano sólo ha sumado un triunfo en siete jornadas y, lo que es peor, no termina de dar una imagen acorde a lo que de él se espera. Sin ir más lejos, en su visita a Montilivi recibió los tres goles en apenas 23 minutos, lo que provocó que un grupo de aficionados esperase el regreso del equipo a Asturias para hacerle ver su enfado y solicitarle más compromiso.

Manolo comentó que la reunión con los dirigentes fue sólo para analizar "la situación" e indicó sentirse "con fuerzas" para dar la vuelta a la tortilla. Por su parte, el presidente Manuel Vega Arango se limitó a decir que "a día de hoy Manolo es el entrenador del Sporting" para luego indicar que "no se puede saber si mañana lloverá o hará sol", si bien se mostró tajante al asegurar que "el Sporting no ha contactado con ningún entrenador". Eso sí, ya han sonado Abel Resino y José Ramón Sandoval.

Con todo, parece que en estos tiempos de crisis, la paciencia es la primera receta cuando vienen mal dadas. Si no que se lo digan al bueno de Juan Carlos Mandiá, que pese a saberse sentenciado desde hace varias jornadas, aguanta como puede en el Hércules. La administración concursal no vio insostenible la situación la pasada semana y le alargó al menos tres semanas la vida al preparador lucense. No se sabe bien si por eso u otra cosa, lo cierto es que el cuadro alicantino -penúltimo en la tabla- dio atisbos de mejora el domingo en Almería, donde sacó un empate sin goles en un encuentro que mereció vencer.

TERRAZAS SIN MÚSICA

Para su segunda temporada en la Liga Adelante, el Guadalajara se planteó el objetivo de meterse en el play off de ascenso. Después de salvar la categoría con meridiana solvencia, el reto se antojaba difícil. Pero quizás no tanto. Carlos Terrazas, manager general y entrenador, tuvo carta blanca para rehacer a su antojo la plantilla. Dio 17 bajas en un grupo de 23 jugadores buscando un salto de calidad del que a día de hoy no hay noticias. De hecho, el equipo alcarreño es el colista y el único que aún no sabe lo que es ganar. Sólo puntuó en Alcorcón (1-1) y semana a semana sigue dando muestras de una fragilidad defensiva con la que es imposible sobrevivir en una liga tan competitiva. Toño Ramírez y Escalona han recibido ya 19 tantos, con una media cercana a los tres por partido, lo que evidencia que el culpable de la sangría del anterior curso no fue el hoy blanquiverde Mikel Saizar. Parece claro que la apuesta por ver de cerca la Primera tendrá que esperar al menos un año más. Y que la cosa quede ahí... De momento, el sábado tiene un duelo de esos a cara de perro que marcan el desenlace de un campeonato, pues recibe en el Pedro Escartín a un Xerez que vive al borde del precipicio y al que las dudas también le acechan.

POWEL, DE LUCENA A ELCHE

Berry Powel es uno de los grandes delanteros de la categoría de plata. Y no sólo por su tamaño. El holandés dejó muy buenas sensaciones en la temporada y media que estuvo en el Nàstic, pero fue despedido en febrero por indisciplina, ya que agravó su lesión en una salida nocturna. El ariete no tardó en encontrar acomodo y pronto llegó a un acuerdo con el Elche con vistas a la presente campaña. Todo estaba supeditado a su rendimiento en una cesión encubierta en el Huracán, en Segunda B. Ésta no salió bien. Primero porque los valencianos fallaron en su intento de ascender, cayendo eliminados en Lucena en una tanda de penaltis en la que él marró el definitivo. Y luego porque esa prematura recuperación agravó su lesión y le obligó a pasar por el quirófano. El sábado, por fin, Berry Powel pudo estrenarse con el líder. Fueron apenas cuatro minutos, los suficientes para que fuera amonestado y a punto estuviera de marcar su primer gol como franjiverde. No hizo falta porque entre Fidel y Coro -vaya pedazo de jugador- ya se habían encargado de matar al Recre.

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