El primer cisma del año
Los resultados a domicilio provocan el distanciamiento entre Carlos González y Berges · La diferencia de objetivos y estilos entre el presidente y el técnico se traslada a un cruce de declaraciones en la distancia


Menos de dos meses de temporada -y apenas ocho partidos oficiales, siete de Liga y uno de la Copa del Rey- han hecho falta para que se abra el primer cisma entre el presidente Carlos González y Rafa Berges, una relación que se agrieta al calor de los resultados y del rendimiento de una plantilla que no está dando el nivel que se esperaba. La irregular imagen, los pobres registros a domicilio y el alejamiento de los objetivos marcados por la propiedad al inicio del curso están tensando la cuerda justo cuando el equipo afronta un mes clave en el calendario con compromisos de enorme exigencia. El primero, este sábado en El Arcángel ante el Barcelona B.
Y todo apenas dos semanas después de que el propio club decidiera extender por una temporada más el compromiso del técnico, que en verano firmó por un solo año. Tras un arranque algo titubeante, la ampliación del contrato parecía reforzar la cuestionada autoridad del técnico, apuesta personal de González desde el momento en que Paco Jémez le comunicó que se quería ir al Rayo. Con el ascenso de Berges desde el filial, el presidente dijo asegurar la continuidad del proyecto que el año pasado llevó al CCF al play off de ascenso, pero ni Berges es Jémez ni el inicio de competición ha sido el mismo.
Desde su llegada al banquillo, el actual técnico transmitió su perfil más comedido en oposición con el mensaje ambicioso y agresivo del actual entrenador vallecano. Mientras, desde la presidencia se hablaba de un equipo construido para volver a optar al ascenso a Primera, un objetivo que nunca ha salido de la boca de Berges. Esa divergencia a la hora de plasmar las metas para esta temporada también ha tenido su reflejo en el estilo de juego del equipo, que en las primeras jornadas no ha mostrado el perfil ofensivo y abierto de la pasada campaña. Entre unas cosas y otras, y aunque sólo llevamos siete jornadas de Liga, el Córdoba es ahora decimoquinto, un puesto que convierte en una entelequia cualquier comentario sobre el ascenso. Y por ahí han empezado los problemas.
Tras el primer partido de Liga, el 0-0 con el que el CCF abrió el torneo en Murcia, González ya tuvo una conversación con Berges en la que mostró su desagrado por la imagen ofrecida y el fútbol de contención desplegado en La Condomina. Las siguientes citas a domicilio no sirvieron para que el presidente cambiara esa opinión, y la derrota del pasado sábado en El Madrigal no ha hecho más que echar más leña al fuego. "Es algo que hay que tomarse en serio", dijo el propietario de la entidad, quien instó al equipo a "solucionar sus problemas" y afrontar "con otra mentalidad" los partidos a domicilio. Además, González evitó cargar responsabilidades concretas en ningún jugador pese al grave error de Alberto García en el primer tanto del Villarreal, y sí apuntó que "si antes hubiésemos marcado dos goles no habría pasado nada". El mensaje, en forma de dardo envenenado a Berges, queda para el que quiera entenderlo.
El técnico tampoco se ha mordido la lengua, y aunque con un estilo más sosegado, no ha evitado comentarios que van en contra del mensaje oficial de la propiedad. El entrenador del CCF denunció las "exigencias excesivas" que rodearon al equipo "desde el primer momento", y antes de viajar a Villarreal dijo que "no podemos querer arreglar en cinco partidos los problemas de 40 años". Además, y aunque insiste en su deseo de huir de ellas, en cada comparecencia no falta una comparación con la pasada temporada y con sus resultados, pero como Berges dice, "no estamos los mismos".
Y en el centro de ese fuego cruzado de declaraciones está la plantilla. Por el momento, los fichajes no han dado el salto de calidad que necesitaba el bloque tras la pérdida de puntales como Javi Hervás, Charles y Borja García. Incorporaciones como Abel Gómez, Joselu o Kiko Olivas no están respondiendo, y otros como Ayina -una gestión directa del presidente que sólo ha disputado un minuto en lo que va de Liga- no cuentan en absoluto. Mientras, el once inicial sigue plagado de piezas del curso pasado, aunque hombres como Dubarbier, López Garai, López Silva o Patiño no están alcanzando la excelencia de la campaña precedente.
"Si tenemos que meterle a alguno la cabeza en el váter para que espabile, se la metemos", dijo Berges en la previa al choque frente el Villarreal, un toque de atención a sus jugadores que tuvo su continuidad ayer mismo. Antes de la sesión en la Ciudad Deportiva, el entrenador se encerró en el vestuario con la plantilla para mirarse a las caras y encontrar soluciones. No es la primera de la temporada y, si no llegan los resultados, puede que no sea la última de unas semanas que han abierto el primer cisma del curso.Y el sábado viene el filial del Barcelona.
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