Europa no pudo conquistar su cuarta Ryder Cup consecutiva
Estados Unidos recupera la hegemonía del golf mundial en Kentucky · El Viejo Continente tendrá la oportunidad de recuperar la copa entre finales de septiembre y principios de octubre de 2010 en Gales


Europa no pudo marcar otra gesta en la Ryder Cup. La selección de Estados Unidos, tras tres derrotas consecutivas, recuperó la hegemonía del golf mundial al superar a la de Europa por 16,5 a 11,5 en el Valhalla Golf Club de Louisville (Kentucky), en la América profunda del bourbon y el blues.
La XXXVII edición, marcada por la ausencia por lesión de Tiger Woods -la auténtica megaestrella de este deporte-, permitió al equipo norteamericano recuperar el orgullo perdido. Europa, que a priori partía como favorita, se vio superada desde el inicio por su rival y en ningún momento pudo ponerse por delante en el marcador en las tres jornadas.
En la primera los estadounidenses, capitaneados por Paul Azinger, hicieron las delicias de los ruidosos aficionados locales aplicando un severo correctivo a los del Viejo Continente, que llegaban crecidos a esta cita tras sus victorias en The Belfry (Inglaterra) en 2002 por 15,5 a 12,5; Oakland Hills (Michigan, Estados Unidos) en 2004 por 18,5 a 9,5; y Dublín (Irlanda) en 2006 por idéntica puntuación de 18,5 a 9,5. Los norteamericanos, que no alzaban la Ryder desde 1999, se colocaban con una cómoda ventaja de tres puntos (5,5 a 2,5) tras los primeros cuatro foursomes (modalidad por parejas que se disputa con golpes alternos a una sola bola) y fourballs (cada golfista del equipo juega su propia bola y cuenta el mejor resultado de las dos) liderados por Phil Mickelson y Justin Leonard, que fueron los mejores del primer día.
En la penúltima jornada el Viejo Continente recuperó algo del terreno perdido (9-7). Los jugadores capitaneados por el inglés Nick Faldo lograron recortar un punto en los foursomes (1,5-2,5) antes de que ambas escuadras igualaran a dos en los fourballs, con lo que la emoción estaba asegurada para la ronda final.
Pero en los doce partidos individuales del último día los estadounidenses estuvieron mucho más entonados, alentados por decenas de miles de espectadores. El primer partido, que disputó el castellonense Sergio García frente al debutante Anthony Kim, fue sintomático ya que el californiano se impuso con autoridad por 4 y 5 (cinco hoyos de ventaja con sólo cuatro por disputarse).
De nuevo con una renta de tres puntos (10-7) y tras el empate entre Hunter Mahan y el inglés Paul Casey, los estadounidenses adquirieron mayor confianza y la afición empezó a ver de cerca el retorno de la Ryder Cup a sus vitrinas. Dio igual que el sueco Robert Karlsson y el inglés Justin Rose superaran, respectivamente, a Justin Leonard y Phil Mickelson porque pronto llegaron los triunfos de Kenny Perry y de los debutantes Boo Weekley y JB Holmes. Cuando en el hoyo 17 Miguel Ángel Jiménez estrechó la mano de Jim Furyk asumiendo su derrota, Estados Unidos había cumplido su revancha.
Ya con todo decidido, Graeme McDowell e Ian Poulter sumaron dos nuevos puntos para los del europeos; mientras que, en plena fiesta local, Ben Curtis y Chad Campbell redondeaban el 16,5 a 11,5 definitivo.
Europa tendrá la oportunidad de recuperar este preciado trofeo dentro de dos años, cuando entre finales de septiembre y principios de octubre de 2010 se celebre en The Celtic Manor, en Newport (Gales) la trigésimo octava edición de la Ryder, la gran atracción bienal del golf mundial.
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