Eufemiano, un año de cárcel
La sentencia condena al médico, pero manda destruir las pruebas
Eufemiano Fuentes, eje principal de la megatrama de doping de la Operación Puerto, fue condenado ayer a un año de prisión por delitos contra la salud pública, la mitad de lo que había pedido la fiscalía. Según la sentencia, el polémico doctor también tendrá que cumplir cuatro años de inhabilitación como médico deportivo.
La jueza Julia Patricia Santamaría condenó asimismo a cuatro meses de cárcel y otros cuatro de inhabilitación profesional al ex director ciclista José Ignacio Labarta, aunque ninguno de los dos ingresará en prisión. El resto de imputados -la médico Yolanda Fuentes y los ex directores de equipos ciclistas Manuel Saiz y Vicente Belda- fueron absueltos.
La magistrada decidió también en su sentencia no conceder acceso a las autoridades deportivas a las más de 200 bolsas de sangre que fueron incautadas en la redada policial que destapó la trama de doping en mayo de 2006. "Han de prevalecer las garantías procesales y el respeto a los derechos fundamentales de los deportistas recogidos en la Constitución", dijo.
El escrito advierte además de que cuando la sentencia sea firme se destruirán las bolsas que ahora siguen custodiadas en un laboratorio de Barcelona. También deberán eliminarse las copias del material informático que se le intervinieron a los implicados, donde las acusaciones sospechan que hay datos para identificar a deportistas tramposos.
Durante el macrojuicio celebrado en Madrid se acreditó que Fuentes organizó junto al hematólogo José Luis Merino Batres, que se libró del banquillo por padecer Alzheimer, un lucrativo banco de sangre privado para realizar autotransfusiones a decenas de deportistas, un método prohibido en el deporte. Sin embargo, el doping no fue incluido en el Código Penal español hasta principios de 2007, meses después de que el médico y los otros cuatro acusados fueran detenidos, por lo que el objeto del proceso se centró en los delitos contra la salud pública.
En este sentido, la jueza consideró que la sangre es un medicamento y que el fin perseguido por las actividades de Fuentes no era mejorar la salud del deportista, "sino exclusivamente elevar artificialmente el rendimiento".
Además, consideró probado que el médico administró a sus ciclistas productos dopantes como EPO, factores del crecimiento, testosterona, insulina o la hormona femenina gonadotropina. "Es un peligro potencial para al salud", añadió en la sentencia.
Durante los casi siete años que duró la instrucción del caso -cerrado y reabierto en dos ocasiones-, España ha estado en el ojo de la polémica por su política antidoping. Por eso, la decisión de no entregar las bolsas no caerá bien en las sedes de la AMA y la UCI, cuyo deporte fue el más castigado por la Operación Puerto con más de 50 corredores bajo sospecha.
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