El Eibar siempre se lo pone crudo

El Eibar es una institución en Segunda. Sus muchos años en la categoría (24) a pesar de su modestia son un ejemplo. Eso sí, la leyenda sobre su rocosidad siempre ha resultado difícil de asimilar (sobre todo cuando actúa fuera de Ipurua). En El Arcángel tampoco ha sido una excepción en las ocho veces en las que ha actuado.

De hecho, el Córdoba tan sólo ha conseguido vencerle como local en tres ocasiones. La primera y la segunda (temporadas 86-87 y 00-01) en sendos encuentros intrascendentes en el tramo final de la campaña. La tercera, en 2004, se produjo durante el efecto escalada provocado con la llegada de Miguel Ángel Portugal al banquillo. Fue en un choque matinal y ante las cámaras de Canal Plus. Un gol de Montenegro bastó (1-0).

Todo lo demás, sinsabores en mayor o menor grado. En el año del retorno a Segunda, empate a uno también cuando ya no se jugaban nada los de Escalante. En el curso 01-02, con Pepe Murcia al frente y bajo una fuerte lluvia, el equipo vasco demostró su pegada en dos acciones aisladas. Una temporada después rasparon un empate que permitió al Córdoba, eso sí, salir provisionalmente de los puestos de descenso (en plena remontada hacia el gozoso final vivido en Getafe).

En la Liga 04-05, en un choque que se aplazó por una tromba de agua, el mejor Eibar de la historia (quedó cuarto al final y contaba en sus filas -entre otros- con Silva y Joseba Llorente) se llevó un punto en un duelo muy trabado (0-0).

El descenso evitó que durante dos temporadas coincidieran en la misma categoría. Subieron a la par y se volvieron a encontrar en la jornada 33. Era, como el de mañana, un choque clave para los de casa. Pero la victoria viajó hacia Guipúzcoa. El Eibar sólo lanzó una vez a puerta: Codina largó un zapatazo desde 30 metros que dejó sin respuesta a Julio Iglesias. Ya saben la historia. Su reto es cambiarla.