Deseos y necesidades

Para terminar de cerrar una plantilla con muy buena pinta, el CCF necesita cuatro o cinco refuerzos, tal y como no se cansa de repetir el presidente en cada aparición pública. Pero después de oficializar ya nueve fichajes -el último, el japonés Mike Havenaar se incorpora hoy al trabajo-, en la entidad blanquiverde se lo toman con relativa calma, porque Albert Ferrer tiene a su disposición prácticamente desde el inicio de la pretemporada a todos los mimbres de los que dispondrá cuando comience el campeonato. Las necesidades del técnico pasan por cerrar la defensa con dos laterales y un central más, y redondear el centro del campo con un mediocentro ofensivo. ¿El quinto elemento? Quizás una bomba de última hora que ofrezca el mercado o el retorno de Uli Dávila, que está haciendo todo lo que está en su mano por poder seguir defendiendo la elástica cordobesista.

El deseo del futbolista mexicano, por si no había quedado claro con su declaración de intenciones desde la finalización del curso pasado, se reflejó ayer en este tuit: "Amigos cordobesistas, estoy esperando vernos pronto para ser parte de la ilusión de esa ciudad y esa afición 42 años después". El tema es que con la nómina de jugadores para la mediapunta que ha fichado Cordero, el buscarle un hueco parece difícil, aunque quizás su sitio pueda estar unos metros más adelante.

Lo que sí parece claro, según su agente, es que el tema económico con el Chelsea parece desbloquearse. "La cuestión económica va bien, pero ahora es el Córdoba el que tiene que dar el paso adelante", dijo César Ramírez a Efe. "Ya no es una cuestión de porcentajes" de la ficha de un futbolista que se va por encima del millón de euros, sino de que "quieran que el jugador esté en la plantilla". Eso sí, parece que el Chelsea, con peticiones desde la Bundesliga por el tri, quiere un préstamo a dos temporadas, justo cuando finaliza el contrato de Uli con el club londinense.

Si lo de Uli es un deseo, la llegada de un central es una necesidad para el CCF. Y ahí aparece el nombre de Íñigo López. El riojano está ya en España tras unos días trabajando en Grecia a la espera de que su representante y el PAOK acuerden la rescisión de su contrato. Hasta ese momento, no habrá movimiento alguno, pero no parece que el tema se alargue demasiado porque ni el club tiene intención de contar con él esta temporada ni el jugador quiere seguir allí. El problema, como siempre, es económico a la hora de cerrar el año de vínculo que todavía une a las partes. "Nuestra única preocupación ahora mismo es rescindir allí porque sabemos que hay varios clubes, entre ellos el Córdoba, que han preguntnado por Íñigo, aunque no hay nada cerrado con nadie", indicó el representante del central, que ya estuvo a punto de llegar a Córdoba en enero. Quizás ahora sea el momento adecuado.