David fue, por fin, Arteaga

Córdoba cf

El interior zurdo recupera las buenas sensaciones con su decisivo papel ante el Huesca · Luna Eslava mima al sevillano

David fue, por fin, Arteaga
David fue, por fin, Arteaga

David Pérez Arteaga está de vuelta. El sevillano necesitaba un partido como el del pasado sábado, en el que resultó decisivo en la obtención del triunfo por la mínima a costa del Huesca, para reivindicarse. Ante el cordobesismo y ante sí mismo. El interior zurdo fue aclamado por la grada y agasajado por sus compañeros tras marcar un gol con el que recupera parte del crédito perdido.

Arteaga fue un cañón en su primera temporada como cordobesista. Procedente del Écija, fue una pieza clave en el ascenso y también inició el curso 07-08 como un tiro. Tanto, que Emilio Vega se saltó el guión establecido –nada de renovaciones sobre la marcha; no obstante, luego también hizo una excepción con Javi Flores– y se apresuró a sellar la ampliación de su contrato hasta 2011. El menudo futbolista, idolatrado por la afición y convertido en el más sólido valor ofensivo en los esquemas de Paco Jémez, incluso había despertado el interés de clubes de superior categoría. Y el Córdoba apostó por él.

A partir de ahí, su declive fue evidente. Las lesiones frenaron su ímpetu y David perdió el sitio en beneficio de Juanlu. En los compases definitivos de la campaña, José González se olvidó del malagueño... y acabó jugándose la permanencia con Guzmán en la banda derecha y Cristian Álvarez como falso interior zurdo. Arteaga vivió el desenlace liguero en Anoeta como suplente, sin disputar un solo minuto.

A la hora de planificar el curso 08-09, Emilio no contó con Juanlu y fichó a José Vega. Un nuevo competidor por la titularidad en la izquierda. Arteaga volvía a tener a alguien que le buscaba las cosquillas, pero la contratación del jerezano tampoco rescató la mejor versión del hispalense. Sin confianza, sin chispa, las jornadas han ido pasando sin pena ni gloria. Hasta el pasado sábado.

Antes del duelo con el Huesca, la contribución del número 7, más allá de su afán sin recompensa, se ceñía al tanto ante la Real Sociedad en la jornada 18. No ha dado ni un pase de gol en todo el campeonato, lo que habla muy mal de un jugador de banda. Quizá sea el sistema, quizá no sea el año. Pero quizá algo esté cambiando.

Sin cuajar una actuación sobresaliente, Arteaga sí dio un paso al frente contra el bando oscense. Participó en las dos jugadas clave (la expulsión de Eduardo y el gol) y se marchó entre aplausos, dejando su sitio a José Vega a falta de un cuarto de hora. En ese carrusel que es la banda siniestra, de nuevo se ha ganado el sitio en el once. Aunque, por supuesto, está lejos de asumir el rol de Rubén, fijo en el lateral hasta el punto de que el refuerzo invernal destinado a alimentar la competencia, Javi Casas, todavía no se ha estrenado... a pesar de figurar en las 12 últimas convocatorias.

Arteaga tiene el respaldo de Luna Eslava, que siempre ha ensalzado su aportación en los entrenamientos. Le faltaba refrendarlo en los partidos. Contra el Xerez se asomó y ante el Huesca se redimió. Pero no vale con llegar, hay que mantenerse; quedan dos meses y medio de Liga y se halla apercibido. A José Vega le toca esperar. Y si lo sigue haciendo, será buena señal. Porque David sería Arteaga.

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