El momento en el que se notan las hinchadas

Conforme se acerca junio y la distancia con el final de la competición se acorta, todo se aprieta y el pulso se acelera. De paso, las pasiones se disparan y ningún seguidor que se precie quiere perderse la lucha de su equipo. Y ni los kilómetros ni los euros empiezan a contar.

En el gran partido de la jornada, el Rayo-Tenerife, se pudo comprobar el excepcional estado de salud de las hinchadas vallecana y chicharrera. 15.000 personas en el campo. Llenazo. En la Nueva Condomina murciana, la afición del Xerez (unos 200) aupó a su equipo a la reconquista del liderato. 18.000 en la Romareda y en Anoeta (esto es más normal). En la otra guerra, en torno a 10.000 almas penitentes se congregaron en Las Palmas y Córdoba.

En suma, que los grandes de la categoría también lo son por los que les apoyan. Y ahora, cuando tienen que sumar, su aliento vale doble.

MÁS CHULOS QUE UN OCHO

Al Hércules también fue a verlo un montón de gente (unos 15.000). Ellos fueron quienes mejor se lo pasaron en la jornada 31. No es sencillo contemplar ocho goles en un mismo encuentro de categoría profesional. Sin embargo, al filial del Sevilla nunca se le olvidará la visita al Rico Pérez. Ni a su técnico debutante, Diego Rodríguez. A los quince minutos ya perdían 3-0. Tuvieron orgullo para terminar el duelo. Ahora deben conservarlo para que no se vuelva a repetir semejante vapuleo hasta el final de la temporada. Será el único encargo que le exigirán al pobre de Diego.

ESCALONCITO AL CIELO

"Si Alavés y Eibar no puntúan abriremos un escaloncito". Arteaga profetizó el sábado lo que luego fue feliz realidad. Los dos conjuntos vascos parecen incapaces de perseguir a nadie. Curioso: ambos han sumado un único punto de los dieciocho últimos posibles. Incluso el penúltimo Alicante (que sorprendió al Albacete) parece con algo más de impulso para soñar. Ea, ya tienen escalón para trepar. A subir.