El Atlético se hace humano en Cornellá

El Espanyol acabó con la racha del Atlético de Madrid en Liga, hasta ahora invicto, tras un gol en propia puerta del guardameta belga Courtois en el minuto 53, forzado por el ímpetu de los blanquiazules tras la reanudación en Cornellá, que con entrega y defensa borraron las señas de identidad del rival.

El cuadro blanquiazul rompió su mala dinámica, tres derrotas seguidas, con mucho sufrimiento, sobre todo en la recta final del partido. Los cambios ofensivos de Simeone -Diego Costa no tuvo su mejor noche- al verse por debajo en el marcador acorralaron a los locales, aunque se mantuvieron firmes en los momentos decisivos.

El choque no empezó, ni mucho menos, con esa intensidad. Muy poco fútbol y ocasiones es lo que vieron los espectadores de Cornellà en el primer cuarto de hora. Muy trabado y tosco. Un par de tímidos lanzamientos de Pizzi, por parte local, y Koke, desde el bando visitante, fue prácticamente todo lo destacable hasta entonces.

Poco a poco, el Espanyol se adueñó del ritmo de partido. Sin apenas oposición en el centro del campo, llegaba al área con relativa facilidad. Su atrevimiento, de todos modos, se diluía en la frontal y los centros de banda eran interceptados con facilidad por los centrales, Alderweireld, que debutaba, y Godín.

Tras 45 minutos de juego trabado y dominio de las defensas, la presión blanquiazul fue más incisiva tras el descanso. El Espanyol no se limitaba, como en la primera mitad, a tantear al meta belga desde la frontal. Y quedó claro en el 53. Un centro de Fuentes, que Sergio García no alcanzó a rematar, acabó en un gol en propia del portero.

Simeone reaccionó al momento y sacó a Arda Turan al campo. Esperar ya no servía y el fútbol de la, hasta ahora, sensación de la Liga debía ser más vertical. El cambio de dibujo, con el turco como mediapunta, dejó más espacios y dinamizó el choque. En el minuto 68 llegaron los primeros avisos.

Un tiro cruzado de Diego Costa, que le ganó la espalda a su defensor, no entró por un palmo. El hispano-brasileño apenas tuvo apariciones estelares.

El Atlético, tras la entrada del Cebolla Rodríguez, tenía toda la pólvora en el campo e invitaba al Espanyol a sufrir en los últimos diez minutos de partido. El acoso era constante y los nervios de Cornellá aumentaban. Sergio García pudo sentenciar, no lo hizo pero el Espanyol llegó a la orilla.