Tokio 2020 | Atletismo

El noruego Warholm bate el récord del mundo en la final de los 400 vallas en Tokio

El noruego Warholm se asombra al observar en el marcador su nuevo récord mundial.

El noruego Warholm se asombra al observar en el marcador su nuevo récord mundial. / Juan Ignacio Roncoroni | Efe

El atleta noruego Karsten Warholm ha batido su récord mundial de 400 metros vallas con un tiempo de 45.94 segundos en un formidable duelo con el estadounidense Ray Benjamin, que terminó segundo con 46.17.

Se trata del segundo récord mundial que cae durante los Juegos de Tokio 2020, después del conseguido por la venezolana Yulimar Rojas en la final de triple salto (15,67).

La medalla de bronce fue para el brasileño Alison dos Santos, que batió su récord sudamericano con 46.72, a solo dos centésimas del récord mundial anterior.

La cara de asombro del propio Warholm, que tenía el récord anterior en 46.70 desde el 1 de julio pasado en Oslo, ilustraba el increíble rango de su nuevo récord.

Era uno de los grandes enfrentamientos de los Juegos de Tokio y no defraudó. El plusmarquista mundial y el campeón estadounidense se veían las caras en Tokio por primera vez este año después de haber sostenido un duelo de grandes marcas, cada uno por su cuenta.

El 1 de julio, en los Bislett Games de Oslo, Warlhom logró, al fin, con una marca de 46.70, acabar con el viejo récord acuñado por el estadounidense Kevin Young en los Juegos de Barcelona'92 (46.78).

Solo cuatro días antes, en Eugene, Ray Benjamin se había quedado muy cerca de batirlo con 46.83, pero el noruego, que ha derrotado al norteamericano las cuatro veces que se han enfrentado, se apresuró a tomar la delantera.

En la hora suprema de la final olímpica, Warholm ha ratificado su hegemonía y Benjamin le ha obligad a batir el récord del mundo si quería ganar la medalla de oro, porque el estadounidense se emparejó con el noruego a media recta final, poco antes de atacar el último obstáculo.

Fue en ese punto, presionado por la presencia amenazante, hombro con hombro, del norteamericano, cuando Warholm metió una marcha más para ganar la meta con un crono asombroso que rebaja en 76 centésimas su récord mundial anterior.

Si la plusmarca de Kevin Young había permanecido intacta durante 29 años, la primera de Warholm ha tenido una vida efímera, 33 días.

El brasileño Alison dos Santos, muy estable en los primeros puestos de las carreras más prestigiosas del año, fue un digno tercero que presenció de cerca el formidable combate entre los dos mejores.

ORO EN EL ÚLTIMO SALTO

En el foso de longitud, un salto de siete metros justos en la última ronda proclamó campeona olímpica a la alemana Malaika Mihambo, también campeona mundial, en una final con las cuatro mejores separadas por nueve centímetros.

La estadounidense Brittney Reese, que acariciaba ya su segundo título olímpico a falta de una ronda, terminó segunda con tres centímetros menos que la alemana, y con la misma marca de 6,97 -pero peor segundo- la nigeriana Ese Brume recibió el bronce, mientras que la serbia Ivana Spanovic quedó fuera del podio con 6,91.

En ausencia de la campeona de Río, la estadounidense Tianna Bartoletta, la final olímpica de Tokio quedaba abierta a muchas candidaturas, con la presencia de cinco con marcas superiores a los siete metros este año.

El ránking mundial señalaba como primeras favoritas a Ese Brume, bronce en el último mundial, que encabeza la lista con sus 7,17 del 29 de mayo en Chula Vista (California), y a las estadounidenses Tara Davis (7,14) y Brittney Reese (7,13), campeona olímpica en Londres 2012.

Las otras dos del club de los siete eran la anglo-virgenense Chantel Malone (7,08), que hoy cerró la clasificación con 6,50, y la serbia Ivana Spanovic (7,00), bronce olímpico en Río 2016.

La igualdad era tan estrecha que a la sexta y última ronda se llegó con las cuatro primeras en un margen de seis centímetros. Reese dominaba con 6,97, igual marca que Brume pero con mejor segundo (6,95 frente a 6,88), y a continuación estaban la campeona mundial, Malaika Mihambo (6,95), y Spanovic (6,91).

Cualquiera podía ganar con el último esfuerzo. En orden de intervención, Spanovic, que estaba a sólo seis centímetros del oro, no mejoró y se quedó, por tanto, sin medalla.

Mihambo, en cambio, supo aprovechar su última oportunidad para volar a los 7 metros justos y ponerse en cabeza, a la espera de Brume y Reese, pero ni la nigeriana (6,90 en el último) ni la estadounidense (6,84) mejoraron su registro ganador.

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