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El reloj marca la hora

  • Abrumado por la posición en la tabla y pese a la leve e insuficiente mejoría de la última cita, el Córdoba debe ganar para que el proyecto no sufra su primer frenazo en seco aún en septiembre

La imagen de tranquilidad que el Córdoba se afana en trasmitir no es tal. No puede serlo. El equipo es uno de los tres que aún no ha ganado y es colista, con sólo tres puntos sobre 18 posibles. Eso ha instalado ya un estado de nervios que sólo se puede aplacar a base de victorias, y desde ya, porque para mañana es tarde. El problema es que la sensación que todavía refleja el CCF no parece suficiente para derribar rivales; al menos, no lo ha sido hasta ahora, ni siquiera la pasada semana ante el Tenerife, aunque el final del partido dejara otro sabor. Tiene que hacer más, sobre todo si enfrente aparece un Granada que parece funcionar como un reloj, a pesar de que viene de perder en La Coruña, ante un favorito a todo.

La posición en la tabla, el recuerdo del pasado más reciente, la falta de recursos para sumar de tres en tres y la fragilidad defensiva en los desplazamientos suponen que hoy sea un examen para todos en Los Cármenes. Especialmente para José Ramón Sandoval, que pese a su discurso de que nada pasa a su alrededor, es consciente de que el puñal siempre señala al banquillo cuando vienen mal dadas, como es el caso. De su planteamiento y su maleabilidad para ajustar conceptos durante el partido puede depender en parte la suerte del segundo derbi regional seguido a domicilio, aunque está claro que la ejecución corre a cuenta de otros.

Blati Touré, asentado en el once, será baja en Pamplona al haber sido citado por Burkina Faso

De partida, salvo sorpresa, casi de los mismos que actuaron de inicio hace siete días. Eso sí, habrá un par de cambios obligados: Carlos Abad en la portería y un volante izquierdo para suplir a De las Cuevas, que se quedó en Córdoba. Jovanovic, de un perfil más vertical, parece el máximo candidato para dibujar un ataque veloz y combativo con Jaime Romero y Piovaccari. El resto deben ser los mismos si se tiene en cuenta que Sandoval ya ha matizado que los bandazos son historia en este Córdoba. Al menos hasta que en dos semanas se vaya Blati Touré, baja para Pamplona al ser citado por Burkina Faso para los partidos clasificatorios para la Copa de África ante Bostwana.

Todo para intentar dar un giro a la trayectoria actual, sobre todo en las salidas. De momento, en Albacete y Málaga el resultado fue calcado (3-0) y las sensaciones, similares, si no en la forma, sí en el fondo. Tocará hacerlo ante un Granada que suma 7 de 9 en Los Cármenes, donde apenas el Lugo le marcó (Osasuna y Rayo Majadahonda se quedaron a cero), y que este año, sin el ruido mediático del pasado, aspira a estar arriba.

Un sueño inalcanzable ahora en blanco y verde, donde la realidad invita a la prudencia y romper de inmediato la sequía de triunfos. Es la única fórmula conocida para devolver la tranquilidad al equipo y poder dar continuidad a un proyecto que comenzó torcido y que no puede permitirse el lujo de sufrir un primer frenazo todavía en septiembre. Pero hay que ganar.

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