El Escáner | Análisis de la jornada 7

Las notas del Córdoba CF antes del parón navideño

  • Los blanquiverdes llegan al final de la primera vuelta con una cómoda renta y cifras de escándalo

  • Solo la tendencia negativa en las últimas cuatro salidas ha enfriado lo que parecía un ascenso exprés

Adrián Fuentes y Puga pugnan por el balón con Samuel y Mena, del Mensajero.

Adrián Fuentes y Puga pugnan por el balón con Samuel y Mena, del Mensajero. / LOF

Un balance sobresaliente... que pudo ser incluso mejor. A falta de una jornada para completar la primera vuelta del campeonato en Segunda RFEF, el Córdoba CF alcanza el parón navideño en una posición privilegiada. Los blanquiverdes son líderes del Grupo IV con 37 puntos y aventajan en siete a su más inmediato perseguidor, el Cacereño. Por el camino, los de Germán Crespo han firmado unos números descomunales, que solo se han visto frenados por las discretas últimas actuaciones lejos de El Arcángel, que han impedido que el rendimiento de los blanquiverdes hasta el momento sea de matrícula de honor.

Y es que tras 16 jornadas, muy pocos podían pensar en encontrar al Córdoba no ya al frente de la clasificación, también con unos números excelsos de 11 victorias, cuatro empates y una sola derrota. Bien es cierto que el presupuesto del club de El Arcángel es superior al del resto de sus rivales y también que su plantilla cuenta con jugadores que podrían estar jugando perfectamente en una categoría superior, pero esa superioridad teórica hay que trasladarla luego al césped. Y el Córdoba lo ha hecho, de eso no hay duda. Solo 11 puntos se le han escapado prácticamente en media liga al equipo entrenado por Germán Crespo, que además tiene el ataque más voraz de toda la categoría, con 40 dianas anotadas y una de las mejores defensas, al haber encajado solo 11 tantos.

Desde lo numérico, pocos peros se le pueden poner a un equipo que ha construido su liderado en torno a la fortaleza en El Arcángel, fortín que ha vuelto a hacer honor a ese calificativo, con ocho victorias incontestables y un incomparable balance de 27 goles a favor y solo cinco en contra.

Todos esos números respaldan el sólido liderato de un Córdoba que si no ha dejado la liga sentenciada ya es porque en sus últimos cuatro partidos fuera de casa ha bajado su rendimiento de manera clara. Solo tres puntos de 12 posibles arañó el equipo de Germán Crespo sumando las visitas al Villanovense, Las Palmas Atlético, el Ceuta y el Mensajero. Un bagaje pobre que ha frenado el despegue definitivo del equipo en la tabla y que, aunque tampoco han aprovechado excesivamente los rivales, ha alimentado al pelotón de perseguidores en su creencia de que esa plaza de ascenso directo sigue viva.

La autocrítica de Juanito

Bien es cierto que cada uno de esos cuatro partidos tienen sus peculiaridades. En el último, la visita al Mensajero, el árbitro anuló hasta tres goles al Córdoba por fuera de juego, en posiciones más que discutibles. Especialmente los dos primeros, cuya revisión apunta más bien hacia un error arbitral. Tampoco gustó en el club blanquiverde esa jugada en la segunda parte en la que Luismi se marchaba solo ante la portería rival y Figueredo Comesaña paró el juego para señalar una falta en lugar de aplicar la ley de la ventaja. El propio árbitro reconoció a los futbolistas del CCF su error, en una jugada que podría haber significado la sentencia.

Con todo, en el club el empate final en La Palma sabe a oportunidad perdida y esa mala racha fuera de casa se interpreta como un factor a mejorar en el tramo decisivo de la temporada, que arranca el 9 de enero con el partido que pondrá el broche a la primera vuelta.

El propio director deportivo del Córdoba, Juanito, hizo un pequeño balance en redes sociales y apuntó que el equipo tiene cosas por pulir. "Nos vamos de merecidas vacaciones, con siete y nuevo puntos con los perseguidores. Aún con aspectos a mejorar, pero muy orgullosos del trabajo colectivo del grupo. Partidos como el de hoy nos hacen recordar que nuestro peor enemigo somos nosotros mismos", apuntó el gaditano, en un claro mensaje complaciente con el trabajo de los futbolistas, pero también de exigencia, la que se marca el propio club para no dormirse en los laureles ahora que el ascenso está bien encaminado.

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