El balón no rodaba en El Arcángel desde el pasado 8 de mayo y las ganas del cordobesismo por volver al reino eran inmensas. Este sábado 27 de agosto, por fin pudieron volver a llenarse las gradas del feudo blanquiverde en un partido oficial casi cuatro meses después. Un cita que pocos quisieron perderse, y más tratándose de una ocasión tan especial como el debut del CCF en la exigente Primera Federación.

Una categoría todavía inexplorada para un Córdoba CF que arranca la temporada con la ilusión de pelear en los puestos altos y volver a coronarse con un nuevo ascenso como ya hizo la pasada campaña desde una Segunda RFEF que se le quedó pequeña. Con ese objetivo en mente, los cordobesistas no quisieron perderse el primero de los encuentros de la ambiciosa 22-23 y se pudo comprobar conforme el choque se acercaba a su inicio, pues se fueron llenando las gradas de un El Arcángel que se moría de ganas por volver a disfrutar del buen fútbol.

Con un total de 10.631 aficionados repartidos por cada una de las gradas de El Arcángel, el significativo momento de cantar el himno del Córdoba CF hizo retumbar todo el estadio. Una costumbre realmente especial que dio entrada al duelo de los blanquiverdes ante Unionistas de Salamanca en una primera jornada de esta tercera categoría del fútbol español que supone el arranque de una nueva temporada en la que los de Germán Crespo esperan volver a tocar el cielo en Las Tendillas.