Afortunadamente, el Córdoba acabó remontando ante el Extremadura y no tenemos que preguntarnos qué habría pasado si hubiese caído ante los de Almendralejo. Quizás la propiedad habría desencadenado una drástica decisión respecto a Sandoval, cuando el que ayer mereció ser castigado fue Piovaccari, que condicionó el partido de su equipo con una expulsión indigna de un profesional y jugador veterano como es él.

Hasta ese momento, que llegó como consecuencia del despiste defensivo que aprovechó Enric Gallego para empatar, el Córdoba había sido mejor que su rival, gracias a la buena puesta en escena del esquema que Sandoval viene asentando en las últimas semanas.

Tras el descanso, el técnico decidió no arriesgar y mantener el 4-4-1 que dejó la expulsión de Piovaccari, con Jaime Romero perdido como referencia ofensiva. Tuvo que llegar el segundo tanto del Extremadura para que el CCF se la jugara. Sandoval reforzó los costados y el equipo notó la mejoría, pese al precipitado cambio de Blati Touré por Aguado. Jovanovic y Galán empezaron a percutir por bandas y los errores del rival permitieron tapar el más grande del partido, que fue del Córdoba, concretamente de Piovaccari.