Con menos nombre que Piovaccari, pero con la firme idea de "aprender" y seguir labrando su carrera, el Córdoba CF ha presentado este lunes también a Jordi Tur, la pieza diferencial que ansiaba Raúl Agné para su centro del campo y que finalmente pudo conseguir Alfonso Serrano al cierre del mercado. El medio ibicenco, por cierto, no podrá jugar en la visita a la Ciudad Deportiva de El Rosal del último fin de semana de este febrero, al incluir en su contrato de préstamo desde el Cádiz la manida cláusula del miedo.

El futbolista pitiuso ha explicado que tras una primera toma de contacto entre su representante y el CCF supo que "no podía rechazar una oferta así, de venir a un club con estas aspiraciones y esta historia. Tomé la decisión yo y ellos también estaban de acuerdo". "Sabía dónde venía, y jugar aquí será mucho más difícil, pero vengo a aprender y estar preparado para cuando el míster me necesite", ha explicado Tur, que en el segundo equipo amarillo era intocable para Juan Manuel Pavón.

El jugador criado en La Masía ha puntualizado que "siempre" se ha sentido "cómodo en cualquier posición del centro del campo", si bien en su etapa en la Tacita de Plata se ha "destapado un poco más físicamente porque el equipo y el estilo lo requerían". Esa labor oscura ya la tuvo que hacer incluso en su visita a El Arcángel, un estadio que ahora ya empieza a conocer de local, aunque ante el Yeclano no pasara de calentar en la banda.

"Dimos un paso importante ganando el partido en casa, pero la competición es exigente y vienen partidos muy importantes. Nos tenemos que exigir el máximo, pero creo que se puede sacar", ha indicado Jordi Tur, antes de desgranar las diferencias entre jugar de visitante y de local en el coliseo de El Arenal: "Como visitante, sobre todo la primera parte te vienes muy arriba porque es un escenario en el que gusta jugar, pero cuando llegan los minutos finales se hace grande el campo. Ayer se notaba como el equipo iba un poco en volandas con este ambiente".