Las dudas planteadas por un grupo de antiguos trabajadores del Córdoba CF en relación al proceso de subasta de la Unidad Productiva de la entidad blanquiverde y del proceso concursal ordenado por el juez a petición de la propia entidad han encontrado una rápida respuesta por parte de los responsables de Infinity, el grupo inversor que presentó la primera oferta para tomar el control del club.

Los responsables de este grupo inversor, que lidera en España Javier González Calvo -el máximo responsable de Crowe en Madrid-, informaron a el Día de que su intención es la de abonar todas las obligaciones de pago que el conjunto blanquiverde tenga con trabajadores deportivos y no deportivos de la entidad a pasado, presente y futuro. Además, abonarán parte de los pasivos mercantiles.

Es decir, la postura de los inversores que aguardan la decisión del juez sobre la adjudicación de la Unidad Productiva del club, es la de acabar a corto plazo con las deudas que la entidad cordobesista arrastra en el juzgado de lo social, derivadas del incumplimiento de los pagos con antiguos trabajadores. Además, Infinity garantiza el cumplimiento de los compromisos salariales que el Córdoba CF tiene ya suscritos.

De esta forma, los responsables del fondo de inversión que quiere entrar en el club cordobesista responden al escrito de alegaciones presentado por un grupo de antiguos trabajadores del club, entre los que se encontraban el técnico Enrique Martín, el antiguo director deportivo Rafa Berges o la que fuera abogada del club, Magdalena Entrenas -los dos primeros tienen garantizados los pagos, según la propuesta ya aceptada-, en el que pedían al juez la nulidad del proceso abierto al entender que las deudas que el club aún mantienen con ellos podrían perderse si se culmina la venta de la Unidad Productiva del Córdoba CF y se separan los activos de las obligaciones de pago y pasivos que en la actualidad tiene la entidad.

Hay que recordar que los propios administradores judiciales situaron la deuda neta del club cordobesista en 10,1 millones de euros, cifra muy por encima de los tres millones que aportaría Infinity para hacerse con el control de la entidad.