Córdoba CF - Fuenlabrada | La Crónica
  • Los blanquiverdes cuajan una convincente actuación ante un rival poderoso para seguir líderes

  • A la habitual y tremenda pegada en ataque, los de Germán Crespo sumaron firmeza en defensa

Un equipo con mayúsculas (3-0)

Simo celebra el gol que abrió el triunfo del Córdoba CF ante el Fuenlabrada. Simo celebra el gol que abrió el triunfo del Córdoba CF ante el Fuenlabrada.

Simo celebra el gol que abrió el triunfo del Córdoba CF ante el Fuenlabrada. / Miguel Ángel Salas

Escrito por

· Rafael Cano

Redactor

El Córdoba CF sigue carburando como la máquina bien engrasada que es. El conjunto blanquiverde, lejos de notar el salto de categoría, va sometiendo a los rivales en El Arcángel como ya hiciera el curso pasado. Con valentía, verticalidad y muchos argumentos ofensivos, los de Germán Crespo desarbolaron a un Fuenlabrada que llegaba con la etiqueta de aspirante, y que salió del feudo cordobesista con la cabeza gacha y tres tantos en el saco. No parece haber rival capaz de someter a los blanquiverdes en su estadio y, si el CCF es capaz de llevar ese rendimiento a los encuentros lejos de su campo, la temporada puede tomar un cariz precioso para su afición, que volvió a marcharse a casa viendo a su equipo líder y soñando con otro año inolvidable.

Fiel a su idea ambiciosa y tratando siempre de llevar la manija del encuentro, Germán Crespo apenas varió el once inicial con el que su equipo goleó al Unionistas de Salamanca. José Ruiz le ganó el sitio a Puga en el costado derecho de la defensa y Kike Márquez sentó a De las Cuevas en la mediapunta. Dos permutas pero el mismo esquema y las ideas, como siempre, muy claras.

Como ya le sucediera la semana pasada, el Córdoba CF se topó muy pronto con un rival que empantanó el centro del campo. Los de Mere replegaron líneas de inicio hasta defender en bloque bajo y con todos sus hombres en campo propio. Los espacios desaparecieron, Cristóbal perseguía de manera insistente a Diarra en la medular y al CCF le costó un mundo encontrar fluidez en ataque en el primer cuarto de hora.

Con todo, el primer disparo a puerta fue de los locales y a cargo de su capitán, un Javi Flores que recuperó el balón en campo contrario y soltó un zurdazo que Pol despejó a córner. El Córdoba trató de usar los costados para superar las líneas del rival, dejando atrás la imponente figura de Diame en el centro del campo. Y así consiguió forzar un córner antes del minuto 10 que dejó paso a una jugada ensayada, trenzada entre Simo y Kike Márquez, que no encontró un rematador en el área pero que hizo sobresaltar a la zaga madrileña.

Los madrileños, más preocupados de protegerse que de hacer daño al CCF, alternaban la presión en campo propio con el bloque alto cuando el Córdoba tenía que poner el balón en juego desde su terreno. De nuevo una partida de ajedrez sobre el césped de El Arcángel, con los blanquiverdes tratando de generar superioridades para salir con la pelota controlada sin abusar del balón en largo. En esas, llegó el primer acercamiento del Fuenlabrada, y no fue poca cosa. Un balón filtrado por Enzo Zidane habilitó a Diame ante Carlos Marín, que le ganó la partida en el mano a mano para alivio de la grada.

Los jugadores blanquiverdes celebran el gol de Kike Márquez al Fuenlabrada. Los jugadores blanquiverdes celebran el gol de Kike Márquez al Fuenlabrada.

Los jugadores blanquiverdes celebran el gol de Kike Márquez al Fuenlabrada. / Miguel Ángel Salas

Los madrileños se asentaron bien en el partido, gracias a ese trabajo defensivo y a su buena colocación, que cortocircuitó las ideas de los de Germán Crespo. Incluso gozaron de una ocasión clarísima para haberse adelatado, en un centro de Bolaño desde la izquierda que Jorge Moreno no atacó bien tras el bote y que Cubero cabeceó al larguero de la portería local. El susto reactivó a los blanquiverdes, que empezaron a encontrar poco a poco las vías de ataque, casi siempre apoyados en la amplitud que Carracedo da a su equipo desde la banda derecha.

El extremo catalán empezó a asociarse con Kike Márquez y en una buena pared entre ambos el sanluqueño remató alto. Fue un fogonazo de velocidad y verticalidad que supuso el preludio del gol que abría el partido. Un balón suelto al que Diame no llegó en campo del CCF lo aprovechó Simo para poner la directa hacia la portería rival. El hispano-marroquí batió las líneas del Fuenlabrada descosiendo su maraña defensiva, hasta abrir el balón a Carracedo en la derecha. El catalán la puso con intención al punto de penalti, donde Pol rechazó la bola antes de que rematara Javi Flores, dejando a placer el balón para que el propio Simo finalizara la jugada que él mismo inició.

De nuevo el CCF, como ya le sucediera en el primer partido de liga, logró abrir la lata a base de vértigo en la ofensiva. El gol asentó a los de Germán Crespo, que cuajaron sus mejores minutos del primer acto. A la media hora de juego, Calderón casi sorprende a Pol con un despeje que no cogió portería de milagro. Carracedo siguió percutiendo una y otra vez, y un centro raso suyo lo enganchó Kike Márquez de zurda, mandando el balón contra las vallas. Camino ya del descanso, de nuevo Carracedo sacó un centro desde la derecha que Aleix Coch sacó en línea de gol antes de que Casas viera puerta. El Córdoba, además de buscar el segundo, fue capaz de contemporizar y anular en ataque al Fuenlabrada, para irse al descanso con ventaja y el convencimiento de que estaba haciendo bien las cosas.

En el segundo acto, el guion se asemejó mucho al de la primera jornada. El físico del CCF se mantuvo, mientras que el Fuenlabrada pegó un bajón importante, más si cabe cuando su mediocentro, Diame, se tuvo que marchar lesionado. Los blanquiverdes dominaron ya de pleno el balón, ante un rival que ya no mordía tanto en la presión y que tampoco era un bloque ordenado como en el primer acto. Tratando de hacer daño a la espalda de la defensa madrileño, Kike Márquez finalizó con un tiro mordido una contra que él mismo lanzó, con Simo de aliado en la pared.

El golpe de gracia

El Fuenlabrada, al que ya le costaba aparecer en campo rival, tuvo un fogonazo que pudo cambiar el partido. Antes de la hora de juego, una internada de Iribas finalizó con un rechazo de la zaga local y el balón muerto lo mandó fuera por poco de un derechazo Cristóbal. Fallaron los madrileños y el Córdoba no perdonó a renglón seguido. Fue con algo de fortuna, que suele sonreír a los que la buscan. En otra salida desde campo propio con velocidad, Carracedo encontró por el carril central a Simo. El hispano-marroquí dio continuidad al ataque abriendo para Kike Márquez en la derecha y el centro defectuoso del sanluqueño se envenenó hasta coger portería y sorprender a Pol, para matar el partido con el 2-0.

Diarra celebra su gol al Fuenlabrada, con Cedric Teguia corriendo para abrazarlo. Diarra celebra su gol al Fuenlabrada, con Cedric Teguia corriendo para abrazarlo.

Diarra celebra su gol al Fuenlabrada, con Cedric Teguia corriendo para abrazarlo. / Miguel Ángel Salas

Como tantas otras veces, ya con la brecha abierta en el marcador, el Córdoba jugó a placer y consciente de que en cualquier momento podía incluso dañar más a su rival. Los cambios no hicieron más que evidenciar el funcionamiento como bloque de un Córdoba que no solo mantiene el nivel, es que es capaz de elevarlo en el tramo final. Así, con un rival ya intentando atacar por corazón pero con poco convencimiento, llegaron más ocasiones sobre la meta de Pol. En una contra que lanzó De las Cuevas, Simo centró desde la derecha y Cedric Teguia cabeceó exigiendo una estirada del meta. Poco después, una falta lateral la botó De las Cuevas templada para que Diarra emergiera con un cabezazo que cerró la fiesta. Solo han pasado dos jornadas y queda un mundo por delante pero, ¿cómo no soñar con que este Córdoba CF puede hacer algo grande?

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