El Córdoba CF más épico repite victoria en Castellón (1-2)

Córdoba/Qué bien sabe ganar así. Castalia va camino de convertirse en templo sagrado para el cordobesismo. Aunque tocó sufrir hasta el último suspiro y pese a que más de uno tuvo que echarse la mano al pulso antes de la acción final del duelo, el Córdoba CF repitió victoria en Castellón y lo hizo abonado otra vez a la épica. Un gol de Albarrán en el último suspiro culminó la remontada de los blanquiverdes, que habían regalado la primera parte a un rival con dudas merced a un extraño y errático planteamiento de Iván Ania. El asturiano corrigió a tiempo su esquema y el equipo respondió en el segundo acto para dar la vuelta al marcador, dando un golpe duro al Castellón y asegurando tres puntos que sirven para dar un salto importante en la tabla. Oro molido para asentarse en la mitad de la tabla y alejar las posiciones de peligro.

Por primera vez desde que se sienta en el banquillo del Córdoba CF, Iván Ania optó por plantear una defensa de cinco. Lo hizo con la idea de asemejar el esquema de su equipo al del Castellón, un rival que siempre condiciona mucho a sus rivales por el planteamiento desordenado y atrevido de Dick Schreuder. Con esas armas, el cuadro castellonense desarboló a los blanquiverdes en la primera parte del partido en El Arcángel, algo que Ania no había olvidado y que trató de contrarrestar con un dibujo sorprendente.

Claro que la apuesta por el cambio obligó al técnico a desnaturalizar por completo a su equipo, tanto en lo colectivo como en lo individual. Albarrán como lateral izquierdo, Xavi Sintes como líbero, Adilson Mendes interiorizado por momentos y el centro del campo demasiado descubierto, con Álex Sala e Isma Ruiz sin dar abasto para abarcar tantos metros. Demasiadas alteraciones para que el experimento saliese medianamente bien.

Pronto se vio que el Córdoba CF no iba a pasarlo bien en ese intento de ponerse el traje del Castellón por un día. Los blanquiverdes, a pesar de tener la retaguardia más cubierta por número de efectivos en la zona, dieron sensación de incomodidad desde el pitido inicial, hasta el punto de que no fueron pocas las ocasiones en las que se vio a los jugadores dudando de qué espacios tenían que ocupar en el terreno de juego.

Con todo, la sorpresa también afectó al Castellón, que tardó unos minutos en desentrañar la disposición del Córdoba CF y ordenar su ataque. Los blanquiverdes impidieron que el partido tuviese ritmo de inicio, aunque para ello sacrificaron prácticamente cualquier opción de pisar el área rival. Camino del minuto 20, el duelo cobró vigor y el Córdoba reclamó un penalti en el área por posible mano de Salva Ruiz tras un disparo de Casas. Acto seguido, el Castellón replicó con un disparo de Rául Sánchez que Carlos Marín detuvo con seguridad.

El choque empezaba a jugarse de manera inequívoca en campo del Córdoba CF y los blanquiverdes daban sensación de poca seguridad. El primer aviso serio lo dio Suero en el 23', cuando definió a la perfección ante Carlos Marín un centro de Raúl Sánchez desde la izquierda, que fue anulado por fuera de juego. Poco después, de nuevo Suero remató en posición franca tras pase atrás de Jesús de Miguel y obligó a Carlos Marín a hacer un paradón.

Incapaz de tener el balón en campo del rival y acomplejado por esa anarquía controlada que siempre plantea el Castellón, el Córdoba se quedó en tierra de nadie. Sin querer asumir riesgos, siguió sufriendo. Y además perdió por completo la presencia en el área defendida por Gonzalo Crettaz. Con ese panorama, el gol de los locales no parecía lejano y acabó llegando en el minuto 40, después de varios avisos. Fue Van den Belt el que inventó un gran pase a la espalda de la zaga que Lottin recepcionó ayudado por la desesperante pasividad de Marvel, espectador de lujo de la jugada, para superar a Carlos Marín con total placidez en el área pequeña.

Un mazazo que no era más que el justo castigo para un Córdoba CF desdibujado, lastrado por un planteamiento errado de su entrenador y condenado por la endémica falta de tensión de la zaga blanquiverde en las acciones defensivas, con especial mención para un Marvel que volvió a las andadas en su regreso al centro de la retaguradia.

Por fortuna, el Córdoba CF seguía vivo al descanso e Iván Ania no dudó en admitir su error y naturalizar a su equipo. El asturiano retiró a Marvel y dio entrada a Alberto del Moral y, lógicamente, su equipo recuperó una disposición más habitual y mejoró ostensiblemente. Con su dibujo habitual, el Córdoba fue capaz de arrebatar el balón al Castellón y los de Schreuder empezaron a sufrir. Además, los blanquiverdes tuvieron la fortuna de encontrarse con un penalti a favor por manos de Israel Suero en un chut de Isma Ruiz. Sala transformó la pena máxima con un disparo ajustado y devolvió al encuentro a su equipo.

A partir de entonces, el Córdoba fue claro dominador y tuvo sus mejores momentos en Castalia. Isma Ruiz probó a Gonzalo con un disparo seco que el meta sacó con dificultad y, a renglón seguido, Casas se inventó un remate inverosímil tras centro de Albarrán que obligó al meta local a vestirse de héroe. Al Castellón le entraron entonces las dudas y el CCF aprovechó para hacerse con el balón y jugar en campo contrario con personalidad y soltura. Casas volvió a tenerla tras un saque de banda de Carlos Isaac y el equipo de Iván Ania confirmó que había llegado a tiempo para corregir su mal inicio.

Viendo que su equipo podía optar incluso a la victoria, Ania optó por dar entrada a Ander Yoldi para buscar piernas frescas en ataque. Con todo, la ocasión más clara la tuvo Calavera, en una acción aislada que Carlos Marín solventó con una mano salvadora. Fue el único susto para los blanquiverdes, que creyeron hasta el final en que la victoria era posible, pese a que las fuerzas ya empezaron a flaquear.

Cuando el descuento ya se consumía, el Córdoba se decidió a pelear hasta el último suspiro y Obolskii forzó una falta lateral que dio una última opción a los suyos. Con el área de Gonzalo superpoblada, Alberto del Moral puso un balón templado que Obolskii peinó en el primer palo para que Albarrán emergiera en el segundo y cabeceara a gol. Otra vez en el último suspiro, otra vez en esa portería bendita para el cordobesismo que volvió a deparar un triunfo agónico en Castalia. Tres puntos de la mano de la épica que suponen un paso adelante espectacular de los blanquiverdes en su afán por alejarse del peligro.