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El Cádiz cumple su tercera temporada consecutiva en Segunda. Lo hace con el mismo objetivo que acaricia desde su regreso, ascender a Primera División. Estuvo cerca en la campaña 16-17, pero el Tenerife los apartó del sueño a las primeras de cambio. La pasada temporada se quedó a un solo punto de repetir play off; y ahora mismo, conseguir un punto en los dos últimos partidos le ha sacado de los puestos de honor de la clasificación y, de momento, marcha séptimo, aunque igualado a puntos con el sexto.
El técnico amarillo, Álvaro Cervera, está dibujando un 4-4-1-1 muy flexible, que se convierte con rapidez en fase defensiva en un 4-2-3-1 e incluso en la ofensiva en un 4-4-2. Su prioridad es el equilibrio y la solidez defensiva, con transiciones muy rápidas para desbordar al contrario. El Cádiz es un equipo que corre, domina los espacios, no le importa ser dominado, así como tampoco jugar un fútbol directo buscando las torres que tiene arriba como Lekic o Rennella.
Con Cifuentes como meta titular, Cervera coloca una línea de cuatro por delante en la que Correa y Matos se han apropiado de los laterales por delante de David Carmona, Oliván y Espino. Son jugadores con capacidad ofensiva, que tratan siempre de llegar arriba dándole amplitud al equipo. Ambos son rápidos, con buen golpeo y capaces de sacar buenos centros.
Como pareja de centrales se han asentado Sergio Sánchez y Kecojevic, con Marcos Mauro siempre en la recámara, más ahora ante los problemas físicos que arrastra Sergio Sánchez y que le pueden hacer perderse el partido. Los centrales amarillos son jugadores experimentados, intensos y contundentes, de buen juego aéreo y buena salida de balón, aunque suelen arriesgar desde atrás en muy pocas ocasiones.
Por delante, Cervera juega con un doble pivote en el que José Mari es fijo y alternan Edu Ramos, Álex Fernández o el ahora lesionado Garrido, jugadores que aportan capacidad de trabajo para defender y calidad para la circulación, aunque buscan la transición rápida. No es el Cádiz amigo de posesiones largas y sí de conectar con rapidez o lanzar a los jugadores que ocupan los costados, o incluso el juego directo.
En las bandas pueden estar Salvi y, ante la ausencia de Machís, Jairo, sin descartar al polivalente David Querol. Sus extremos son jugadores de velocidad y desequilibrio, además de ser buenos asistentes. En la punta de ataque, ante la ausencia de Manu Vallejo -citado por la selección española sub 21-, Cervera podría optar por Lekic, con Aketxe o Querol por detrás.
La velocidad endiablada en el contragolpe.
Las importantes bajas de Manu Vallejo y Machís.
Salvador Sánchez Ponce (Sanlúcar, 30-03-91) es un jugador de banda que, tras muchas etapas, llegó al Cádiz en la campaña 15-16, tras pasar por el filial del Sevilla, el Sanluqueño, donde tuvo que compaginar el fútbol con un trabajo como albañil, y el Villanovense. Se convirtió en uno de sus jugadores más destacados contribuyendo al ascenso a Segunda y a asentar al conjunto gaditano en la categoría de plata.
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